jueves, 27 de enero de 2011

Crónica de un "Tour Antrero" y una historia de amor...


Salía de mi casa, como todas las noches de sábado, aquellas que son de antro, de diversión, de alcohol, de sexo, de drogas y de toda la diversión posible que hiciera saciar a mi cuerpo, en un mundo lleno de éxtasis en donde solo existe el placer por sentirse bien, por encontrarse el uno al otro, por reír, por bailar, por brincar, pero sobre todo por estar con los amigos. Sería una noche de tour antrero con Casandra, Mónica, Gerardo, Laura, Adrián y yo, dos transexuales, tres gays y una heterosexual (la anormal del grupo).

Todos nos quedamos de ver a las 9 de la noche en casa de Laura, cuando llegué al lugar, ya se encontraba Casandra afuera, y Gerardo iba llegando, me acerqué, los saludé como siempre de beso en la mejilla, platicamos un rato, en lo que bajaba Laura y llegaba Adrián, pusimos música de antro para entrar en ambiente, aunque Casandra quería escuchar a Manuela Torres, pero Gerardo y yo le dijimos que no, que nosotros éramos muy joviales para ese tipo de música, ella solo respondió “estúpidas”, hablándonos en femenino.

Al fin llegaba Adrián y al mismo tiempo salía de su casa Laura, todos nos saludamos y subimos al carro, íbamos por avenida Vallejo para salir a el eje de Guerrero y así salir a Reforma sobre el Caballito y llegar al fin llegar a Bucarili, donde se encontraba nuestra primera parada de la noche “Living”, entramos los cinco a ese majestuoso lugar, con clase, modernidad, ambiente, una selección musical impresionantemente bella para tus oídos y todos los sentidos diría yo, tacto al bailar y sentir el ritmo, gusto por si besas a alguien al estar escuchando algún tema, vista para deleitarte con todos los hombres y mujeres guapos que entran a ese lugar y olfato para saborear el alcohol antes de consumirlo.

Al entrar por el pasillo de la recepción con una ambientación colonial, puede observar a Erick, mi tocayo, mi primer novio, mi primer amante, mi primer hombre y mi primer todo, mi amigo y ahora el reencuentro de una relación que había terminado dos años atrás. Se acercó a mi, me dio un fuerte abrazo, y nos saludamos, le presente a mis amigos, Adrián, Gerardo, Casandra y Laura, sonó el teléfono de Casandra (la transexual), y era Mónica (la otra transexual), acaba de llegar a Living, la esperamos para entrar a la magia.

Living un lugar maravilloso, con su pista de pop con una ambientación en pop art y un poco de minimalismo, pero no era nuestra sala deseada, así que entramos a la más grande de todas las pistas de living y de los antros tanto en América Latina como en Europa, la zona electrónica, muy futurista, oscura, divertida y muchas luces, estrobos, y ahí nos quedamos para disfrutar de tan solo unas dos horas, pues la noche era de un tour antrero.

Oscar Velásquez se encontraba como DJ esa noche en la parte electrónica, y uno de los temas que pone a bailar y brincar a todos los gays, y colados como la anormal de Laura (la heterosexual), era “Bad Romance Beatall Fusion Essence-Lady Gaga”, todos bailaban, salían serpentinas y confetis del techo, globos plateados, humo, y los bailarines aéreos que caracterizan a Living comenzaban a bajar. El lugar estaba lleno, y como es muy común en los antros gay que son conocidos como lugares de ambiente, casi no hay sillas, así que no había ni un alma sentada.

Decidí salir al jardín con Erick, ya que tenía calor, el jardín muy mono, con lámparas colgantes en formas amorfas, de colores, sus pasillos con arbustos, fuentes, la luna y las estrellas, mientras platicábamos, se acercó a mí Chris un holandés que conocí en el “B-Side” (antro, totalmente electrónico), nos saludamos y me comentó que estaba de regreso en México, por cuestiones de trabajo, tenía un puesto importante director de relaciones públicas a sus escasos 24 años. Después dijo que iría por una cerveza, y se rió, me guiñó el ojo, y se alejó.

Erick me preguntó que sí era mi ligue, y le dije no, nos conocimos y nos hicimos amigos le comenté (obvio le había dado unos besos), seguimos con la platica de nuestras diferentes profesiones y planes que tengo con Erick de abrir una casa productora, el ingeniero en animación digital y yo comunicólogo, toda una excelsura para el negocio. Aunque yo le veía ganas a Erick de que cambiáramos de tema, así que él tomo la iniciativa tocándome la mano.

Ya no éramos novios, éramos amigos y futuros socios, aunque siempre tuve en mente que él regresaría a mi vida, me comenzó a acariciar de una forma tan especial la mano, que fue subiendo por mi brazo, mi piel se hizo chinita, comenzaba a sentir las mariposas en el estómago, el DJ tocó la canción de “When Love Takes Over-Kelly Rowland & David Guetta”, se acercó a mí, me tomó por la espalda, yo solo lo veía a los ojos y él también, al ritmo de esa melodía me robo un beso, el cual se lo respondí apasionadamente, esas mariposas en el estómago se convertían en cuervos dentro de mí, era una sensación extraña, linda, hermosa, increíble…

Durante los 6 minutos que duró la canción nos estuvimos besando, fue maravilloso, mis labios quedaron tan rojos e hinchados así como a él, nos reímos, me abrazó y fuimos de nuevo con los chicos a la pista, llegamos abrazados, y ellos nos dijeron “uhuuhuhuhuhuhuhuhuhuh”, nosotros solo reímos y seguimos bailando.

Salimos de Living, ahora iríamos al segundo antro de la noche, por solo dos tarros de a litro de cerveza, en Amberes sobre Avenida Reforma, el “42 Street”, un bar con muy buena música tanto pop y electrónica, combinada, paredes de cristal, cristales y una luz morada y azul, que le dan un ambiente diferente a los demás. Al entrar los 7 todos se nos quedaron viendo, dijo Gerardo “nos ven por estas dos que llaman la atención (Casandra y Mónica)”, nos reímos, y fuimos directo a la barra por nuestra cerveza.

Sonaba “One Love-Estelle & David Guetta”, Erick por ser anteriormente heterosexual, no bailaba muy bien, pero lo comencé a mover por la cintura como siempre lo he hecho al ritmo de la música, como diría él “no se puede tener todo en esta vida”.

Y ahí estaba Gerardo y Adrián, los dos riendo con otras dos personas, no lo podía creer era Gael y un amigo, Gael el primer novio de Gerardo, él se veía muy feliz, después Gael y Gerardo se apartaron de Adrián y el amigo, y se comenzaron a besar como nunca, yo solo pensé “wow”, dos años mayor que él, alto, guapo y güero, como mi hombre pero el mío más guapo, aclaro.
Adrián comenzó a platicar con Laura, pues Casandra y Mónica buscaban algún hetero curioso o heteroflexible como se le conoce en la jerga gay, para ver si ligaban. Laura no ligaría por supuesto estando en un lugar gay, aunque siempre están llenos de gente buga (heterosexual), mientras Adrián platicaba con ella sobre su tratamiento y su lucha contra el VIH, todavía se encontraba en depresión Adrián, nos costó trabajo que saliera de antro, pero al fin lo logramos. Pues hoy en día la gente no muere de VIH.

Casandra y Mónica comenzaron a bailar todas divas, todas ellas, todas chavas, todas lindas, pero en el 42 Street casi no van curiosos. Estuvimos disfrutando durante una hora del 42 Street, ya era la 1:30 am, así que nuestros rumbos tenían que cambiar de dirección, ahora iríamos a otra parte de la ciudad, la calle de República de Cuba, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.

Al llegar, se encontraban tantos lugares que no sabíamos a cual entraríamos, así que optamos por el de gente bonita, “Marrakehts”, ya hasta se había colado al grupo Gael y su amigo de nombre Facundo, entramos a ese lugar verde fosforescente, letras rojas, típico por el cuadro donde es, parece un rectángulo parado, en la pista se encontraban bailando “Lambada versión electrónica-house-tropical”, con muy buen ritmo.

Volvimos a tomar alcohol, está vez fue vodka, todos bailando, Casandra estaba ligando con un extranjero, y Mónica con el acompañante, llegaron 5 vestidas al lugar, las cuales fueron criticadas por muchos, por la peluca de cabello de Barbie pirata, que se veía tan sintético a kilómetros.

“Stero Love-Edward Maya & Vika Jigulina”, fue el tema con el que Erick me volvió a tomar, pero ahora fue por el cuello, mientras bailábamos pegados, podía sentir como su éxtasis crecía y crecía, al igual que yo, nuestras almas se juntaban, nuestros cuerpos, nuestras miradas se quedaron fijas, mis ojos recorrieron desde su frente, sus ojos, su nariz, sus labios, su barba, su cuello, y volví a subir la mirada a esos labios rosas que hacen muy bien juego con la piel blanca, mi lengua se acercó lentamente, y él fue él que dio el último paso, para que quedáramos embonados.

La humedad de nuestras lenguas, nuestras manos juntas y nuestros cuerpos moviéndose al ritmo de la música, era realmente un momento inolvidable, después nuestras manos se soltaron, me abrazó por la espalda baja y yo por su cuello, nuestras cabezas giraban a lados contrarios, y las lenguas jugaban y jugaban, hasta que comenzó a morder mis labios, al ritmo de “Toca’s Miracle-Fragma”, me recargó en uno de los muros, y me susurró “vámonos a la luna”, le sonreí.

Así que nos despedimos de todos, y noche de tour antrera terminaba en el Marrakehts, ya no pude terminar en “Chango” el último antro que irían al aire libre, pero mi noche apenas comenzaba en la luna y terminaría en Saturno…

martes, 25 de enero de 2011

El masoquismo del amor


Alguna vez te han sentido tan podridamente, que no puedes ni pararte de la cama en la que te encuentras echado como vaca, yo sí, no se tú, pero hay circunstancias en la vida que nos ponen así, ya sea el amor, un problema familiar, escolar, enfermedad, que se yo, en esto de las decaídas emocionales son como el arte, subjetivas, no todos sentimos de la misma forma, hay a quien nos afecta más la muerte de alguien cercano, el rompimiento con la pareja o algún problema familiar.

Según la sociedad, los problemas te ayudan a madurar y a no cometer errores en el futuro, ustedes creen que sea verdad eso, yo no, siempre volvemos a cometer el mismo error tras el mismo error, ven ahí está, no nos enseña a madurar, solo a cometerlo cuantas veces sea necesario para entender que el masoquismo no es bueno en nuestras vidas, porque cuando nos gusta sufrir una vez y luego otra vez, es porque te gusta el dolor.

Hay personas que necesitan siempre de un acompañante a su lado para poder ser feliz, esas personas están vacías, no se quieren, no hay mejor compañía que tú mismo, sí se que suena algo egoísta, pero muchas veces este carácter nos lleva a lograr lo que queremos, pero los que somos de sentimientos nobles, el egoísmo lo hacemos a un lado y así ver por todos.

Hay veces que quisiera salir corriendo de mi casa, correr y correr y nunca más regresar, irme lejos, a un campo, a un desierto, a una montaña o a un río, simplemente dejar la realidad por un momento, y concentrarme en mí, estando sólo, podría pensar solo en mí, y no en nadie más. Muchas veces queremos que nuestra mente o corazón saque a las personas de nuestro interior, las destierre de por vida, pero nunca se logra, lo he intentando y mi resultado es nulo.

Será que he leído demasiadas novelas literarias que hablan sobre los destinos, y creencias de milagros amorosos, sí lo sé, me gusta escribir y en las historias esa persona deseada siempre está conmigo, en mi imaginación y es algo que el susodicho nunca podrá evitar, pues no pueden intervenir en nuestra mente, eso es agradable, pero cuando abres los ojos te das cuenta que tu falacia solo era un sueño, y que sigues estando solo como perro.

Me he enamorado una vez; esperanzado una e ilusionarme y encariñarme otra, sin duda, dos de estas me han marcado, una de por vida y la otra por el momento, no se si siga así a largo plazo. Simplemente hay personas que por más que te digan que son feas, que no tienen gracia y que no darían ni un peso por ella, siempre son las que nos marcan de por vida, aquellas en las que siempre pensamos a pesar de que ya tengan a otra persona a su lado, el masoquismo se hace presenten nuevamente.

Porque sí somos la única especie animal que razonamos, no analizamos bien lo que nos hace sentir bien y lo que nos hace sentir mal, la adolescencia es una parte fundamental para nuestras experiencias amorosas, sexosas, alegres, tristes, etc. donde conocemos poco a poco lo que nos gusta y lo que no, es aquí donde nos enamoramos por primera vez, tenemos sexo o hacemos el amor por primera vez, aunque no sepamos ni en donde entra el pene y cual sea la labor de la vagina.

Pero el amor, a pesar de que en la adolescencia nos hace sufrir, te hace sufrir en todas las etapas de tu vida, por lo menos con el tiempo aprendes a dar un beso, aprendes todo lo relacionado con el sexo, aprendes de las drogas, el alcohol, a leer, a escribir, pero el amor no, que se necesita para que aprendamos a no sufrir amorosamente.

La tecnología avanza día con día, ojala saliera a la venta “amortímetro”, una pequeña pluma que midiera a la personas que tanto nos aman, y así saber sí estamos con la persona correcta e incorrecta, así no tendríamos que sufrir tanto por alguien, siempre seríamos felices a lado de la persona correcta, paradójico, las personas correctas nunca nos gustan, al contrario las incorrectas, nuevamente el masoquismo en el ser humano, dónde queda el raciocinio.

En esta vida tenemos todos a tres personas, primero “con la que estamos”, segundo “con las que queremos estar” y tercero “con las que deberíamos de estar”, cuál de estas tres te hará sufrir más, piensa, “con la que estás”, qué tal te va, crees que sufres mucho o no, sí lloraste ayer, suele pasar, aunque no siempre es así, pero algún día terminaran, ya que las relaciones actuales, no son como las de nuestros abuelitos, aunque estas duraban por los paradigmas que impone una sociedad ciega.

“Con las que queremos estar”, son las que muchas veces nos hacen sufrir más de la cuenta, y eso que no la tenemos a nuestro lado, nuestra mente se ilusiona, se apodera un amor que nace de la nada, sin acciones por parte de la otra persona, nos aferramos a esa persona, y siempre nos hace mandar mensajes, cartas, llamadas y muchas veces por parte del susodicho hay una respuesta nula, como “solo como amigos”, “discúlpame, ya no quiero saber nada de ti”, aquella que te dice “espérame un poquito tiempo más”, y aún así sabes que nunca estará contigo a tu lado, esa persona nos convendrá…

Y “con la que deberíamos de estar”, suele pasar que no nos gusta, que no se nos hace nada agraciado, que no veas un futuro a su lado, que lo estimas solo como amigo, pero sabes que nunca llegará a formar parte de tu libro de historias de amor, pero es la persona que te ama con todo el corazón del mundo, la que ve por ti, se preocupa día y noche por tu bienestar, y nosotros nos damos cuenta, pero nos volvemos ciegos, y le damos la espalda. Está es la persona con la que tienes que estar, y no con las dos anteriores.

Sufres porque quieres, recuerda que hay muchas personas en todo el mundo, una de ellas te debe de amar como tú lo mereces, y no debes de amar a quien no merece, por más que te marcará, que fuera tu primer amor, solo recuerdos para un baúl, que nos enseñan los momentos malos y buenos de las diferentes relaciones que podamos tener a lo largo de nuestras vidas.

Sí, por el momento te encuentras conociendo, adelante hazlo para que nadie te cuente, pero con forme pase el tiempo, no te enamores del masoquismo y de las malas elucubraciones que nuestra mente provoca, porque tu vida se volverá a aferrar a personas que no te convienen, y mientras esas personas disfrutan de una relación, tú sufres, y no hay que sufrir por quien no merece.

miércoles, 19 de enero de 2011

María, la sexo servidora


Todos en esta vida alguna vez o siempre hemos sido actores, ya sea para ocultar una realidad o querer parecer algo que no somos, así me pasó a mí.

Cuando llegué al D.F., fue en contra de mi voluntad, ahora radico en Acapulco, lugar que se ha vuelto parte de mi vida, de mi patrimonio, de mis dos hijos y de las dos caras que tengo en esta vida con mis hijos, son mi única familia, pues mis padres murieron hace mucho para mí, me cambiaron por una vaca para poder alimentar a mi hermano mayor, a mis tres hermanos menores, y por supuesto a ellos.

Mi vida siempre fue de cambios, después de la vaca, pensé que estaría bien con Don José, pero no fue así, a los seis meses de estar con él, me cambió por 10 mil pesos, así es como llegué al D.F. a una red de trata de personas, a quien les iba bien los ponían a trabajar y explotarlos, a quien nos iba mal nos ponían a vender sexo, tenía tan solo 13 años cuando perdí mi virginidad en una violación protagonizada por mi hermano mayor.

Mis padres me odiaron al decir que Jacinto me había tocado, él era él que me tenía que cuidar, pero no lo hizo, abuso de mí. Después, vino Don José, el cual me uso cuantas veces quiso, mi vida realmente no valía nada, al menos eso creía en aquel entonces, hoy escribo estas líneas y me doy cuenta que sí vale mi vida.

Llegamos a una casa en la colonia Santa María La Rivera, en una vecindad de arquitectura porfiriana nos encontrábamos, éramos 13 mujeres y 10 hombres, de distintas edades, los más pequeños de 11 años y los más grandes de 15, a veces ni comíamos, estábamos en malas condiciones de higiene, pero a los que nos usaban para vender nuestro cuerpo, sin duda nos tenían limpios o limpias.

Así fue, en avenida Circunvalación donde me vendieron por segunda vez en mi vida, pero la primera que yo pedía la cantidad por aquello, recuerdo que se acercó un taxista, gordo, velludo, de un aspecto no muy bueno, olía feo, y me preguntó que cuánto cobraba por mis nalgas, le respondí que $300 pesos (le subí $50 pesos más, para poderme comprar algo para comer, en realidad mi precio era de $250), y que incluía la habitación, le mencioné, acepto y así fuimos a dar al Oasis, un hotel a dos cuadras de donde me encontraba parada.

Fue extraño, tuve un cliente que solo me besaba mis nalgas, y de ahí en fuera no hacía nada, me sorprendió que no me penetrará. Con el pasar del tiempo descubrí de que había todo tipo de clientes, con fetiches como el del taxista, aquellos que tenían fantasías de que yo fuera su enfermera, aquellos que les gustaba el masoquismo, de todo he visto con esta profesión, porque no es oficio, tienes que tener buenas técnicas para que sigas teniendo clientes, sí no, no funciona esto.

A la edad de 23 años escapé del D.F., era de las buenas, de las mejores que tenía la mafia para hacer dinero, salí en la noche como si fuera a trabajar, me encontraba en avenida circunvalación, pasó mi amigo taxista por mí, siempre fue mi cliente, así que fue también mi cómplice, se enamoró de mí, solía pasar con algunos clientes, me llevó a la central camionera, con la condición de que le escribiría donde estaba para que me siguiera visitando, ingenuo el tipo, ya parece, que tal si me descubrían.

Al llegar a la estación le di $500 pesos por el favor, tome el primer camión que saliera del D.F., y mi destino fue Acapulco, al llegar al lugar, no tenía estudios, no conocía a nadie, el empleo que podía encontrar era en los hoteles, pero pagaban muy a poco, a lo que yo estaba acostumbrada a ganar, así que opte por prostituirme nuevamente, total soy buena en esto.

Un día, llegó un empresario apuesto, me hablo, y me dijo que me daría todo lo que quisiera con tal de estar con él 5 horas, acepté, platicamos, tuvimos sexo, vimos televisión, realmente extraño, al finalizar el tiempo, me pagó la enorme cantidad de $10,000 pesos, nunca había recibido tanto.

Pasaron 3 días, y volvió a buscarme, y nuevamente la misma cantidad de dinero me daba, así estuvimos durante 5 meses, con el tiempo y las bellas palabras que me decía me fui enamorando, nunca nadie me había tratado también, siempre me hablaban con majaderías, como si fuera un objeto, hasta mis padres, una noche mientras hacíamos el amor, sin que se diera cuenta rompí el condón, y la sorpresa fue que después de nueve meses llegó Ismael a mi vida, pero venía acompañado de Israel.

Para aquel entonces, su padre ya había regresado a Francia, su tierra de origen, nunca más supe de él. Ahora, mis hijos ya tienen 7 años, pero para ellos soy su enfermera, pero en realidad sigo siendo la misma prostituta que siempre he sido toda mi vida, son unos hermosos, tan estudiosos, obedientes y traviesos, cuando no hay clientes llegó a tiempo para contarles un cuento y cuando hay mucho trabajo, ahorro para ellos, ya que el cuerpo no da de por vida grandes beneficios.

Es por ello que me considero una actriz, porque cada que salgo de su humilde casa, salgo vestida como enfermera, pero al llegar al Caribe, que es el bar en donde trabajo, me cambió, ya hasta mis compañeras saben mi historia, solo se ríen. Nunca quiero que mis hijitos se enteren de lo que hago, ojala me lo perdone Dios.

Soy María, a los 13 años me cambiaron por una vaca, a esa misma edad por $10,000 pesos, y tres meses antes de cumplir los $14 tuve mi primer cliente como prostituta o sexo servidora, como quieras llamarle, a los 23 años fui madre de dos hermosos gemelos, hoy tengo 30 años y sigo siendo una sexo servidora que ve por el bien de sus hijos, no me juzgues por lo que soy.

domingo, 16 de enero de 2011

El vagón de la soledad


Solía caminar por las noches sin un rumbo fijo, mi cuerpo lo único que buscaba era encontrar respuestas a preguntas sobre el destino, un destino incierto o existente, mi mente se enfocaba en eso, la noche fría, la luna, las pocas estrellas que se observan por el abundante smog de la ciudad, ahí iba caminando, eran tan solo las 11 de la noche, el día estaba por concluir y no sabía sí mis dudas también.

Decidí meterme al metro para pensar un poco, casi no había gente, tal ves por la hora, fue lo que pensé, me subí en la estación “Misterios”, como su nombre lo dice, mi vida y mis problemas eran todo un misterio, opté por el último vagón del tren, iba solo, mi mente seguía girando y girando a preguntas que ni yo mismo me podría responder ¿porqué?, ¿cómo pasó’, ¿qué hice?, durante un tiempo llevaba buscando respuesta, pero no la encontraba.

En la estación del metro “Consulado”, abordó una señora grande, de rasgos indígenas, con muchas bolsas, y vestida muy colorida, al subir, sonrió, se sentó unos 5 metros delante de mí. Ella me observaba, no quitaba su mirada, era pesada como la de una roca.

El tren se detuvo, se apagaron las luces, mi cabeza giró hacia arriba, se escuchó ruido, no se veía nada, al parecer la señora se puso de pie, pude escuchar una risa, bajé la mirada, la tenía a un costado, me tomo, me asustó, no sabía realmente que es lo que quería, no podía aventarla porque aún así permaneceríamos en el mismo vagón y no se por cuanto tiempo, lastimarla tal ves, pero podría tener problemas con la autoridad después.

Me dijo, soy “Juana, no tengas miedo”, yo sonreí, aunque no me vio, pero escucho el suspiro de mi risa, se sentó, “yo se lo que te pasa”, me dijo, no me pasa nada, respondí.

“Paso, porque tenía que pasar, yo hubiera hecho lo mismo en tu caso, eres valiente, yo soy cobarde, a pesar de que te diga que hubiera hecho lo mismo”, se rió, “pero, a veces la vida nos hace llevar a caminos que nunca imaginamos, piensas qué es destino, tal ves, simplemente se interpuso, no había otra opción”. De que habla, le dije, “no te hagas tonto hijo, lo veo en tu mirada, en tu cara, en tu cuerpo, en todo, lo tienes dentro y no podrás sacarlo, es invisible y muy poderoso”.

Pero ya no tolero, yo no quería realmente, le dije llorando, “no llores, te dije que es de valientes”, dijo Juana, lo sé pero hubiera visto ese color rojo desvanecerse por el amarillo, nunca había visto algo así, no se de donde me salieron esas fuerzas, lo único que sé, fue que lo hice, y hoy me arrepiento, “nunca te arrepientas de lo que hagas hijo, yo alguna ves lo intente hacer, pero como te digo fui cobarde, no pude, me arrepiento tal ves, pero a la ves no, estoy aquí contigo”, dijo Juana.

Todas las noches hago lo mismo, cada que estoy depresivo, no puedo, ya no lo tolero más, no entiendo esta soledad, intento hablarle y no me hace caso, le marco, le mando mensajes, le escribo, voy a su casa y aún así no obtengo respuesta, ¿porqué?, no tolero más, le dije llorando. “El destino existente me dijo que tenías que esperar un poco más, pero te adelantaste, es por eso que ya no te escucha, ya no te ve por completo, tuviste en parte culpa”, dijo Juana.

Pero yo no quería entienda, se lo dije llorando y gritando de la desesperación, “compórtate” gritó Juana y me dio una bofetada, y me abrazó, me recargó en su pecho, como si yo fuera un bebé, “en mi caso, fui cobarde, tenía todo a mi alcance para hacer lo que hiciste, pero el miedo se apoderó de mí, estaba sorprendida al ver tanta brutalidad, y yo india, ¿quién me iba a creer?, nadie, el último recuerdo que tengo de ese día quedó congelado en mi memoria, iba al río a lavar la ropa, para venir a la ciudad a trabajar, escuché un crujido en mi cabeza, el río se hizo rojo”, dijo Juana, y se soltó a llorar.

Se limpió las lágrimas, y dijo “tenía que darle de comer a mis hijos, y a la semana me encontraron, en el forense me enteré que había muerto por un golpe de una roca en la cabeza, aunque seguía viva, me ahogué, fue lo que escuché”.

Me levanté de sus brazos y le dije, “estaba enamorado, llevábamos tan buena química, la amistad, noches y días de charlas increíbles, salíamos a bailar, a cenar, a comer, hablábamos por teléfono, conocía a toda su familia, pero me lastimó, de un día para otro cambió, ya no quería saber nada de mí, todas las noches salía a caminar llorando por esa persona, y un día abordé el metro para pensar, y tratar de descifrar una respuesta al porqué se había alejado de mí, no podía más, no había casi gente en el metro, escuché que venía el tren, y me aventé, así fue como morí”.

“Que valiente hijo” dijo Juana, me abrazó y mencionó “yo no pude morir tan valientemente o cobardemente o voluntariamente o por la edad, simplemente me mató, tuve que soportar todo, golpes, violaciones, humillaciones; tenía a mis tres hijos” y sacó una fotografía vieja y arrugada con los rostros de sus engendros.

“Sabes, ahora esa persona se arrepiente de que murieras, pensó que siempre estarías ahí cuando quisiera, pero no, hace poco lo vi, fue a la estación Misterios, donde siempre te subes, y observaba las vías, se puso a llorar, y dijo algo así como, “lo siento”, es por eso que me acerqué a ti, para decirte esto, este no es mi vagón, pero ya era necesario que lo supieras, yo siempre subo en Consulado, aunque conozco todas las estaciones, eres el segundo que me hace compañía, así que no te sientas tan mal, como tu sufres en este mundo invisible, él sufre en su mundo visible”, dijo Juana.

miércoles, 12 de enero de 2011

EGEL (Examen General de Egresados de Licenciatura)


Hasta hace poco no había escrito nada sobre lo bien que se siente después de a haber terminado una carrera profesional, solo en una carta que di a mi familia, que no es pública lo había hecho.

Este viernes 14 de enero es el EGEL (Examen General de Egresados de Licenciatura), estoy nervioso, estresado, contento, feliz, alegre y sin duda me siento extraño, como esa sensación que sientes cuando estas enamorado, que se conoce como “mariposas en el estómago”.

Es un examen importante, tiene 290 preguntas, son todas las carreras, universidades tanto privadas como públicas lo presentan, Ciencias de la Comunicación, la más hermosa, la más apasionada, la más peligrosa de estudiar en este país, dividida en cinco áreas: Publicidad, Periodismo, Productos Comunicativos, Métodos de Investigación y Comunicación Organizacional.

Ahora sí viene la verdad, demostrar lo que realmente sabes sobre tu carrera, es paradójico, porque la presión del EGEL puede bloquearnos para responder correctamente, se resolverá en el transcurso del día, son 11 horas, 8 de examen y 3 de descanso intermedio entre las 8 horas. Es una prueba que todos los comunicólogos, mercadólogos, ingenieros, administradores, abogados, químicos, dentistas, etc. tenemos que superar.

Lo que sí sé es que voy preparado por todos aquellos profesores excelsos que tuve en mi carrera como Ana Lilia Barbosa, Mauricio Mejía, Rubí Medina, Yolanda Trejo, Yolanda Alonso, Iliana Mendoza, José Luis Lueza, Mónica Bretón, Anabel Pérez, Marco Villa Juárez, Urso Camacho, Salvador García, Guadalupe, Magdalena Bárcenas, Mireya Ojeda, Virginia Raigosa, Ernesto Bello, Mónica García, Laura Garza, Elia Puga, entre otros.

Vamos preparados porque venimos de una de las 10 mejores universidades de México, La Universidad Tecnológica de México, como la llamaría Toño “chunditec”, hay que recordar que a una universidad la hacen los alumnos, no la universidad te hace, solo te prepara un poco más con conocimiento y práctica.

Ahora sí, a disfrutar de lo que viene, la realidad como dicen unos, el mundo laboral en el cual muchos de nosotros ya estamos dentro y otros están buscando una oportunidad por pertenecer a este círculo social que es elitista, tanto por la parte privada como pública.

No hay mayor satisfacción hasta el momento que lo que ocurrió el 16 de diciembre con la toma de protesta y el día que concluí mi licenciatura, sin duda queda como uno de los mejores días de mi vida.

Tantos años con el trasero sentado a una banca, desveladas, trabajos, tareas, presiones, estrés, éxitos, fracasos, y aquí estoy con una tira de materias que dice “Créditos: 100%”. Gracias, esto si que es excelso.