martes, 28 de diciembre de 2010

Mi primera vez...


Cursaba el año 2005, apenas con 16 años, la vida en la Ciudad de México en los adolescentes muchas veces corre tan rápido que no te das cuenta de las cosas que puedes llegar hacer, a esa edad pise por segunda vez un antro y por primera vez un antro gay.

Recuerdo que Viridiana una amiga de la secundaria me marcó por teléfono para invitarme junto con Vianey una amiga lesbiana, a un antro gay perteneciente a la cadena Cabaré-tito, mi madre me dio permiso diciendo que llegaría a las 12 de la madrugada, nos quedamos de ver a las 5:30 pm, ya que los Cabaré-titos los abrían desde las 4 de la tarde, aquél día lo recuerdo tan perfecto era 30 de diciembre de 2005.

Me bañé, me puse mi pantalón azul, una camisa blanca con cuadritos naranja, zapatos y cinturón blancos, mi saco beige y me perfumé, llegué al lugar donde nos quedamos de ver, ya estaba ahí Viridiana y Vianey la experta en esto, lesbiana por preferencia, y la que nos llevaría a “Safari”, de la cadena de antros ya mencionada antes.

En el camino me dijo Vianey “tal ves valla Iván (un amigo de la primaria) de vestida”, yo estaba sorprendido, ya que no podía creer que Iván se vistiera de mujer y con tan solo dos años mayor que yo, sentía que era muy rápido para nuestras edades comenzar con algo así.

Al llegar a Zona Rosa, en la calle de Londres se encontraba un letrero que decía “Cabaré-tito Safari”, era una fachada antigua, un zaguán de madera grande y unas escaleras por las que tenías que subir para poder entrar. Ya en la puerta, no me dejaban pasar porque era menor de edad, hasta que Vianey que ya la conocía la cadenera la convenció para que me dejara pasar.

Al subir las escaleras podía observar paredes de color verde, hierbas, pieles de leopardo que iban con la fachada y nombre del lugar, Safari, un lugar pequeño, un pasillo que te llevaba a la barra y a los baños, una pista con dos cubos donde se subían a bailar, mesas alrededor, subías otras escaleras que tenían un balcón que daba a la pista y podías observar todo, otra pista más, y otros baños, así era Safari, contaba con unas meseros con cuerpos muy delgados y estaban vestidos como leopardo, tigre y león, los cuales animaban también el lugar.

Mi mirada permanecía fija a todos los movimientos de los homosexuales y lesbianas ahí dentro, por un momento tuve miedo, pero pensé “no, es tu vida y así lo será siempre”, pero eso ocurre cuando te acercas a algo desconocido, así que decidí disfrutar. Vianey ya nos había reservado una mesa y a lado estaban su grupo de amigos entre ellos una luchadora que por no difamar no diré su nombre, pero muy conocida en la Triple AAA.

Podía observar las coreografías, era para mí en aquél entonces algo sorprendente ver que todos bailaban igual, eran tan parejos y coordinados en los movimientos, que yo lo quería hacer como ellos, las famosas coreografías estaban enfrente de mí, yo quería aprender y Vianey me paró de mi asiento para que siguiera los pasos, era “Desnúdame el alma”, y hasta la fecha es el único tema que se bailar junto con “La Karabina”, hoy en día no me gusta ser una de las coreógrafas.

Transcurría la noche, y siendo las 9:30 pm me dijo Vianey mira quien viene, yo doble la mirada y pude ver a tres personas vestidas de mujer, la primera era tan delgada, tan guapa, tan fina, las tres muy elegantes, y sí, la primera era Iván mi amigo de la infancia y mi vecino, me acerqué a saludarlo, se sorprendió de verme ahí, y después me susurró “no le digas a nadie que me viste vestido así”, yo sonreí y le dije “no le digas a nadie que me viste en un antro gay”, él respondió "hoy no soy Iván, soy Victoria", los dos reíamos y nos dimos un abrazo, tenía tiempo que no nos veíamos. Se sentaron en una mesa de a lado, y estuvimos platicando y riendo.

Para mi todo era tan nuevo, reía, observaba como se besaban hombres con hombres y mujeres con mujeres, ya que antes el único encuentro gay que tuve era con las revistas “Homópolis” que me enseñaba Vianey, y con amigos de la secundaria, aunque desde pequeño me gustó la música electrónica, en aquel entonces el tema gay de moda era “Firts Time de Offer Nissim”, yo no sabía que era una canción que iba dirigida al público gay, y cuando la tocó el DJ, me paré a bailar.

Mi cuerpo se desenvolvía bailando como cuando me encontraba solo y bailaba en mi casa, me sentía familiarizado con esta gente, podía ser yo, podía brincar, gritar, podía sentir la música, el grupo de personas con las que me encontraba gritaba “eh, eh, eh, eh, pista, sola, sola, sola” y yo seguía bailando, Vianey se acercó y me dijo dale en la madre a esa jota, volteé y en el cubo se encontraba un chavo bailando, el otro cubo estaba ocupado por dos personas que estaban sentados, Vianey los paró y yo subí a tomar posición.

La canción ya iba avanzada, pero comencé a bailar, me sentía único, me observa la gente, sentía la música por mis brazos, mis piernas, y el tema terminaba, pero el DJ comenzaba con su mezcla y era una canción que hoy en día es de mis favoritas “Desenchanté de la francesa Mylene Farmer”, al escucharla, mi cuerpo se emocionó, pues era una canción que tenía en un disco y tampoco sabía que iba dirigida al público gay.

Después, mi cuerpo se dejaba llevar y bailaba como si fuera un experto, la jota del cubo de a lado, se detuvo y me regaló un aplauso, yo sonreía y seguí bailando, podía escuchar a Viridiana, Iván, Vianey y el grupo de amigos que me gritaban y echaban porras, me sentía tan identificados con ellos, nunca había sentido tanta libertad como esa, tenía demasiada energía recorriendo mi cuerpo, comenzaba a brotar sudor, pero mis pies, mente y alma no querían que me detuviera, así que seguí bailando en el cubo.

Al terminar la canción baje por un trago de cerveza, y mucha gente me decía “bravo, bailas genial”, “¿eres nuevo en el ambiente?”, esa es una pregunta que hoy me puedo responder, la mayoría que pertenecemos a este ambiente nos conocemos por lo menos de vista, aunque hay millones de personas, nunca olvidamos un rostro. Y ahora sé que eso me lo preguntaron, porque nunca me habían visto.


Después, uno de los animadores que vestía como leopardo anunció "primera llamada para el show de esta noche", la música seguía y seguía, yo reía y observa todo a mi alrededor, estaba ansioso por saber de que trataría el show, Vianey decía que eran muy buenos, así mencionaron tanto la segunda como tercera llamada, y el animador dijo "demos un fuerte aplaúso a Amanda Miguel", y salía un imitador de Amanda, era tan idéntico, el cabello, el cuerpo, la cara, traía un leotardo negro, y pude constantar que ya no tenía pene, todos ahí reunidos coreaban con Amanda las 5 canciones que interpretó.

Al despedirla, mencionaron a la segunda persona que haría show, era una bailarina vestida de bombero, que conforme avanzaba la música se iba quitando el vestuario hasta quedar en bikini, imaginé que ella iba dirigida a las lesbianas, terminando ella, mencionaron a un gogo, que son los stripers, salió vestido de Santa Claus, y la misma rutina bailar e irse quitando la ropa.

El animador que se encontraba vestido de zebra se subió al escenario y pidió un aplauso para el gogo, y menciono a la siguiente estrella de la noche, "con ustedes Laura León", todos gritaron y aplaudieron, este imitador no era tan idéntico, pero tenía un porte muy femenino lo que lo hacía verse realmente como mujer, todos coreaban sus canciones y bailaban "la pachanga", "suavecito", "dos mujeres un camino", "abusadora", "el club de mujeres engañadas", a mí hasta me prendió con su energía y me puse a bailar, hoy en día cuando sale un show Laura León sigue siendo de mis favoritas, y de muchos también.

Recuerdo que esa vez me dijo Vianey “¿quiéres que te presente a alguien?”, le respondí que no, pero un muchacho como de 19 años se acercó a preguntarme mi nombre, se lo dije, y comenzamos a platicar, la verdad era algo nuevo para mí, así que solo quedó ahí, yo no quería más, eso se iba ir dando con el tiempo, con forme fuera conociendo más lugares como este y más al ambiente que pertenece a mi vida y es parte fundamental de mí.

Sin duda fue una noche que nunca olvidé y nunca olvidaré, Safari el primer lugar que me dio libertad para ser el homosexual que hoy en día soy.