domingo, 22 de abril de 2012

El destino de nuestra escencia...


 Salí a pensar en lo inmenso que puede ser el cariño que te tengo, el tiempo que te he amado, o que hemos estado juntos, entre cosas vanales, palabras que me dices y que desaparecen con tus actos, hechos que conllevan a que me enamore y que luego me desilusione, sonrisas que me hacen enamorarme más de ti y gestos que me hacen dudar de lo que realmente somos...

En el camino escuchaba música, veía el cielo estrellado, caminé y caminé, lo hice hasta agotarme, los kilómetros no los sé, pero solo sé que caminé lo que en un automóvil puedo hacer en 20 minutos, yo lo hice en una hora, sudé, no lo creo, al contrario tenía frío, a lo lejos observé un conjuntos de árboles, era un parque, decidí tomar asiento ahí, pensando que tal ves en aquel lugar te la vivas entre semana, motivo, la universidad a la que vas, está cerca de ahí...

Recordé lo grande y perfecto que puedes ser para mí, lo culero y ojete que puedes ser para mis amigos, pero eso, pues no sé, vale madres, siempre termino haciendo caso, siempre termino regalándote mi tiempo, siempre termino amándote más de lo que puedo imaginar, siempre hago lo que deseas, siempre quiero ver una sonrisa en tu hermoso rostro.

Y es que el verte, me hace una vida colorida, pero hay veces que siento que es tan oscura, que no puedo ver nada dentro de ella, me ciega, o simplemente sigo haciendo caso a mi corazón, a lo que me dice mi alma, y darte el tiempo que pueda pasar para que tú tomes la desición correcta, que para mí sería escuchar el "quiero estar contigo por el resto de mis días, sin importar lo que pase", quisiera vivir una vida contigo, que mi yo fuera tú mundo, así como lo es tú yo para mí...

Tú escencia, tú personalidad, tú cariño y tú amor son tan misteriosos... que no sé en que va a terminar esto... ojalá y sea como yo lo quiero, que es estar contigo.

Mientras, en la banca podía ver pasar la noche, podía ver pasar el tiempo, podía ver pasar nuestra vida en un sin fin de elucubraciones, desde un viaje a algún mundial contigo, un partido en el Palau St. Jordi del Barcelona, ir a ver al azul celeste a Buenos Aires, compartir contigo los mejores conciertos musicales del momento, trabajar juntos como lo hemos planeado, cocinarte, cuidarte cuando estés enfermo, atenderte, protegerte, verte sonreír...

A veces es tan extraño el amor, tan raro, leo tus estados de querer amar con toda la intensidad, de no estar solo, y pienso nuevamente, qué somos, qué soy, qué es lo que realmente quieres, derramo amor por ti, y lo sabes desde que tenemos 17 años, hoy, sí tenemos 23 aunque te quites la edad.

Pensé en la vez que besé a un chico, y me sentí la peor persona, pensé que te era infiel, y al final de cuentas me dí cuenta de que estoy solo, porqué habría de tener culpa, pero no sé, siempre que pasa algo así, apareces en mi mente...

Sé que me lastimas, que me dueles en el alma, que no sé cómo vamos a terminar en esta vida, pero tú amor es como un veneno que me idiotiza, que me encanta, que me fascina y se termina volviendo una adicción, no quiero decir que estoy obsesionado contigo, pero simplemente eres el mejor hombre, el perfecto que veo, pienso y en el que creo.

Después de haber pensando eso, me paré, me fuí, y regresé al lugar donde había comenzado a caminar, solo que llendo un poco más allá, 9 cuadras más atrás (uno de nuestros números 2.9), y el destino o la energía de pensarte, y querer ver, me dí la oportunidad de que la nada, mi cabeza girara, y te viera, con esa figura alta, esbelta, cabello dorado, piel blanca como la nieve, el color favorito, aquel que me trae muchos recuerdos de nosotros, de un pasado feliz y de las veces en que aparecías... morado, tu cabello con una cinta, y tú amado compañero, tú mascota.

Te ví en un 22, y ahora solo sé, que seguiré aquí para tí, porque sé que un día estaremos juntos...

martes, 17 de abril de 2012

Lágrimas de sangre


Me miraba al espejo, viendo mi mirada triste, mis ojos húmedos por las lágrimas que brotaban de dolor, veía el cansancio en mi ser, lo quebrado que había estado mi corazón y siempre puse alguna escusa para sanarlo, aunque yo sabía que ya estaba más que destruido, más que descuartizado...

Los años habían pasado por mi, mi vida la vi en unos segundos, "¿qué hice mal?", me pregunté, me arrepentía o era lo que realmente había buscado, y que por supuesto encontré.

Mi piel morada, mi sangre escurriendo por las paredes, un bebé llorando a lo lejos, un niño observándome, y yo, tirada al piso, observándo como desperdicié mi vida...

Cerré los ojos, y mi mente voló, la marihuana que había consumido para controlar mi dolor me hacía descansar o mal viajar, mi cuerpo dejó de pesar, comencé a flotar, vestía con un hermoso vestido blanco, regresaba a mi juventud, aquella hermosa etapa de nuestra vida que nunca regresa, y que hay que disfrutar con todas las ganas del mundo, veía lo feliz que era y a su vez pensaba en lo infeliz que soy ahora.

El amor, aquel que me envolvió entre cobijas protectoras del frío, aunque ahora me pregunto si realmente era amor, si me amaba, al menos yo si lo amaba, o no me amaba yo misma, y por eso toleré tanto.
Aún recuerdo la noche en que me apostó con sus amigos, en que pude sentir los brazos de 4 hombres tocandome, me sentí sucia, me sentí asquerosa, pero al final lo hacía por el hombre que amaba, o al menos eso creía, entre deudas, apuestas y otros asuntos económicos, tenía que colaborar de alguna otra forma.

Mi cuerpo giro en lo alto, dió mil vueltas, me regresó y me volvió a llevar con él,  vi otro escenario de la nada, una faceta de mi vida que no conocía, y sí, era la vida a lado de otro hombre al que siempre ignoré, al que me amó por toda su vida y yo rechacé, pero no me gustaba... ya que más dá, viví mi vida a lado del hombre incorrecto, aquel que me humillo cuantas veces quizo.

Mi otra vida tan tranquila, tan rosa, tan llena de amor, que en verdad se me salieron las lágrimas de ver lo estúpida que fuí, y lo feliz que pude haber sido.

Hoy me hago la pregunta obligada, ¿cuántos de nosotros estamos con la persona incorrecta, y no nos damos cuenta?, ¿cuántas personas hemos rechazado, solo por enamorarnos de alguien que nos atrae físicamente?.

Una descarga eléctrica llega a mi corazón, mi cabeza gira, y me lleva a mi realidad, una realidad cruel, dolorosa y venenosa, aun puedo ver como los niños lloran desesperados, una punta filosa entra por mi espalda, mi vista se vuelve roja, mis brazos luchan contra la fuerza de una bestia, mi cuerpo es débil, los niños gritan, veo volar por lo alto uno de mis dientes, mi cabeza arde, un trozo de cabellos se llevo ente su puño...

Caigo rendida, lloro o agonizo, ya no sé, me incrusta entre mis labios un cigarro con olor extraño, no es tabaco, es verde, yo no quiero, mi mejilla recibe una bofetada, "eso te quitará el dolor, perra" me susurra a mi oido, lo fumo para no sufrir más, para que llegué la tranquilidad a mí... una tranquilidad que nunca regresará.

Una luz blanca se ve a lo lejos, me elevo, mi cuerpo se estira, y me cubre un manto blanco, veo a los mismos niños llorar, son mis hijos, mis criaturas, veo pasar a mis padres, mis hermanos, todos lloran, en un abrir y cerrar de ojos me doy cuenta que estoy muerta, que perdí mucha sangre, que mi foto está en los periódicos amarillistas.

Ahí está él, la persona de mis sueños, llorando, tenía años que no lo veía, al parecer me sigue amando, una mano toca mi hombro y me dice al oído "ese era el indicado"...

Se va, se aleja, y no hay modo de regresar el tiempo, donde estoy no hay tiempo, no hay vida, solo almas que se elevan viendo pasar sus decisiones que alguna vez eligieron en la vida, algunos se arrepienten de los caminos que tomaron, otros están satisfechos, y algunos otros estamos sufriendo.

domingo, 15 de abril de 2012

Estoy cansando


 Cansando de escribir las historias de sueños rosas a tú lado,
Cansando de ver cuando te conectas y esperar a que me saludes,
Cansando de estar ahí siempre cuando lo necesitas,
Cansando de que no estés cuando yo te necesito,
Cansado de que me ignores y luego me hostigues.

Cansando de soñar una vida a tú lado,
Cansando de pensar una relación futura contigo,
Cansando de ver tus fotos,
Cansando de poder sentirme vivo cada que se algo de ti.

Cansando de los años que he estado amándote,
Cansando de seguir amándote como lo hago hasta el día de hoy.

Cansando de no ver los siguientes pasos en tus deciciones,
Cansando de que digas sí y luego digas no,
Cansando de que me ilusiones y luego me desilusiones.
Cansando de perder mi tiempo contigo,
Cansando de tus cambios de humor,
Cansando de tus cambios de palabras.

Estoy cansando, así es, nunca pensé decirlo, pero esta situación ya no me está gustando, no sé si solo sea mi culpa o de los dos, pero más mía que tuya, no sé que va a pasar en el futuro, solo sé que ahora no tengo respuesta alguna sobre lo que quiero contigo en estos momentos...

domingo, 8 de abril de 2012

La banca de los sueños...


Mis piernas se deslizaban por las banquetas de las calles solitarias de esta ciudad, la noche, la hermosa luna, las pocas estrellas que se ven en el D.F., los ladridos de los perros encerrados dentro de sus hogares, gatos callejeros, el alumbrado del carro que aparecía de la nada, mi mente llena de fantasías e ilusiones me acompañaban.

Pensaba, creaba historias, imaginaba, evocaba, y no sabía si me hacía más feliz o me dolía cada vez más el no tenerte... 

A veces sentía que era feliz viéndote como si fueras un objeto de algún museo que dice "ver, no tocar", o leyendo lo que haces a través de las redes sociales, las platicas que teníamos algunas veces... al llegar a Reforma, pude darme cuenta de que estaba completamente solo, ni un alma, a lo lejos vi una banca que era calentada por una lámpara que se encontraba a un costado, así que tomé asiento, me recargué, levanté la mirada al cielo, mi mente se puso en blanco y fué donde ocurrió lo siguiente:

"Despertaba de una larga noche de dormir, tenía que comenzar con las actividades laborales, al abrir los ojos pude observarte de lado derecho de la cama dormido, con tú piel blanca como la leche, tú cabello dorado como los rayos del sol, era como ver a un ángel dormido a mi lado...

Me bañé, y al salir estabas ahí, me recibías con una sonrisa y un beso, te estirabas, y sabías que tenías que apurarte para ir a la universidad, ya que tendrías que entregar un videoclip. Mientras te vestías, me encantaba observar como combinabas los colores, entre pantalón blanco, playera de tres tipos de colores, tus tenis café, y una sudadera morada, tal ves no lo hagas como un maniquí, pero para mí en ese momento y siempre pensaba "eres mi modelo favorito".

Nos despedíamos, y nos deseábamos un buen día acompañado de un gran beso, largo, tierno, apasionado, mi piel vibraba al sentir tú lengua, tus manos tocandome por los brazos y apretándome hacía a ti.

Transcurría el día, y no dejaba de pensar en ti, de recordar que te conocí a los 15 años, que éramos todos unos adolescentes, y que hasta la fecha seguíamos juntos con 23 años.

Al llegar al departamento en que vivímos, estaba el perro, y tú no estabas, así que me senté a observar pasar a las personas desde la ventana, a esperar a tú llegada, cuando vi la silueta de la que me enamoré, de la que me hizo vibrar e ilusionarme la primera vez que la vi, sonreí.

Cuando entraste, te recibía con un abrazo, sacabas unos boletos de avión, eran para la mañana siguiente, al ver el destino, era "Cancún", decías que renunciaríamos a todo lo que tenemos en nuestra ciudad, y que estos boletos no tenían fecha de regreso, que iríamos a vivir una vida, nuestra vida, sin que nadie nos molestara a la orilla del mar.

Nos dimos un gran beso, por ti estaba dispuesto a irme con tal de que fuera a tú lado, esa noche hicimos el amor una infinidad de veces, no dormíamos, celebrabamos nuestro amor a cada instante, conociendo cada segundo nuestros poros de la piel, transpirandonos el uno para el otro, compartiendo fluidos que desprendía nuestra piel caliente, así fué como vimos salir el sol...

Corrimos al baño, empacamos lo más que pudieramos, metimos al perro en la jaula, nos subimos al auto y llegamos al aeropuerto, era un día jueves, y no me presentaría a trabajar, me iba así sin dar las gracias, más tarde me comunicaría, y tú dejando tus estudios y todo aquello que te importa.

El avión por fin llegó a Cancún, buscamos un hostal en donde poder dormir mientras encontrábamos algo que rentar para vivir ahí... Fuimos a la playa, nadamos desnúdos en el agua cristalina y salada, hicimos el amor dentro de ella, me sentía libre, protegido de estar entre tus brazos, y plenamente feliz de poder compartir este momento contigo..."

Al abrir los ojos, me dí cuenta de que me había quedado dormido en la banca, y que todo era un sueño, no estabas ahí, yo me encontraba solo, desperté con una sonrisa, y con una lágrima que escurría por mi mejilla...