miércoles, 1 de mayo de 2013

Mi vida en Cuba, día 3



Este día me desperté muy temprano, quería hacer muchas cosas, y hoy sí hacía un calor como de unos 35°, un sol hermoso que acompañaba al azul del cielo, era lo que podía observar desde la ventana de la habitación, me metí a bañar y desayuné con Alicia, le conté los planes que tenía para este día, me dijo que me cuidará de los encajosos, y que no me dejara, esto por la situación de un día anterior con el señor del auto.

Al salir de casa, caminé con alegría, hoy quería que fuera diferente, así que tomé un taxi "Jeep", al subirme iba solo, con forme avanzamos se fue llenando, se subió un niño el cual nunca me dejo de mirar, pero me daba risa el verlo tan coqueto como la mayoría de los cubanos adolescentes que traen buenas prendas a pesar de sus carencias, aquí conocí otros rumbos de La Habana, y el camino era más largo, puesto que ahora no iría al Vedado (cine Yara), si no a La Habana Vieja, caminaría por sus calles, museos y demás que saliera.

Al llegar al Capitolio, caminé por el barrio chino, y pensé "en todos lados están estos méndigos", pasé por un estacionamiento de máquinas de vapor viejas e inservibles, mientras llegaba a mi primera parada "El Museo de la Revolución", pasé por "La fuente de la india" que se encuentra sobre El Paseo Prado enfrente de El Capitolio (el cual estaba cerrado por remodelación), y en ese mismo lugar  un policía me ofrecio una visita al museo en la noche, solo que le diera un dinero y que no le dijera a nadie que tendría acceso a uno de los tesores cubanos, me cito a las 10:00 p.m.

Entre las delgadas calles me perdí cuando iba hacia al museo, me encontré con un edificio hermoso que es La Sociedad Cubana de Ingenieros, entré a preguntar para dónde caminaría, y aproveché para hacer unas fotos a la hermosa arquitectura que tenía este, a lo lejos una chica me invitaba a pasar a un paladar, pero yo, ya había desayunado.

Antes de llegar al Museo de la Revolución un cubano se acerco para ofrecerme un trip, el cual incluía un partido de fútbol con estudiantes de medicina, pero le dí las gracias, al entrar al museo fue el momento que pensé "que caros son los museos aquí, desquitan el gobierno todo con los turistas", y a pesar de que dije que era estudiante de medicina, no me lo hicieron válido, pues no llevaba conmigo mi identificación (credencial de universitario cubano), así que terminé pagando 6 CUC por los 2 primeros pisos, 1 CUC para entrar a la que antes fue la oficina presidencial, 1 CUC por entrar a la habitación de juntas y 1 CUC para poder hacer fotos dentro del museo, un total de 11 CUC.

Al subir por unas escaleras de mármol, me encontré con una pintura en la pared llamada "El arca de la libertad", y mostraba el yate en el que Fidel y el Ché llegaron a Cuba procedentes de Tamaulipas, México, y mostraba la parte de la historia, como llegaron a liberar Cuba, y como ellos mismos hicieron de la isla otro lugar donde nadie vive agusto, y reflejaba los rostros de la desesperación de los cubanos por huir a otras partes del mundo, para soñar con su libertad fuera de esta "libertad paradójica".

Así mismo observé la Plataforma de la radiofusora con la que se comunicaban en el periodo de la revolución, la camisa ensangrentada tal y como la encontraron de Juan Almeida, el otro guerrillero compañero de Fidel y del Ché. La muñeca en la que eran trasladados los mensajes al Ché sobre las armas que ocuparían para dar fuego a los enemigos.

Una cámara fotográfica hermosa, que perteneció al Ché, y la cual regaló a la Revista Verde Olivo, la cual mostraba el socialismo y los mensajes de lucha para que la sociedad se uniera a la revolución cubana. Después observé La Capilla Presidencial, la cual era donde antes el presidente rendía tributo a la religión.

En eso vi a lo lejos a una niña negrita como de 3 años, con el cabello afro, vestida de rosa y con unas colitas que le hacían parecer dos chipotes por el chino de su cabello, iba con su papá, y le mostraba parte del museo explicándole la historia cubana, me acerqué a ellos, quería hacer contacto con ellos, pero el señor me preguntó "qué hora tiene jóven", al ver que sacaba mi !phone para responderle, me dijo "seguro eres mexicano", y le dije así es, lo soy, y la hora es 10:45 am., me dio las gracias, y se separaron.

Caminé y me encontré con el muro de los miserables, y era una pared dedicada a todos los enemigos de Cuba, entre ellos la familia Bush, más sorprendido y con gusto lo vi, fue al notar que nuestro expresidente Vicente Fox estaba en ese mural, al reírme de como era el retrato, se volvió a acercar el señor con su hija, y me dijo "qué harás al salir de aquí, porque fijate que tengo un partido de fútbol y quería ver si puedes ir", le platiqué que era estudiante de medicina, así que lo podíamos hacer la siguiente semana, puesto que mi día ya tenía plan con "unos amigos" que vería más tarde, Rodolfo me dió su celular y el email de su hermana para que yo le escribiera, ya que su celular ahora se encontraría sin crédito para recibir llamadas.

Y es que el servicio de "Cubacel", es carísimo, los cubanos pagan un impuesto por tener el dicho teléfono, y para que tengan disponibles 1000 mensajes y 15  minutos de llamadas, tienen que pagar 40 CUC, cuando se acaba este crédito su celular es inservible, una grosería cuando un médico, ingeniero, licenciado gana mensualmente 40 CUC.

La niña me sonreía, y me parecía hermosa, así que le pregunté ¿cómo te llamas?, "Samantha", eres hermosa lo sabes, te gustan los dulces, y me respondió con un movimiento de cara afirmativo, y le di muchos, muchos, al final le dije a Rodolfo que me hiciera una foto de recuerdo con Samantha, y nos despedimos, pensando en un futuro encontrarnos para jugar ese partido de fútbol.

Al entrar a otra sección del museo, el cual era enorme, se veía una alcancía de metal enorme a lo lejos, y era donde los cubanos tenían que depositar dinero para el desarrollo de la reforma agraria, en esa misma sala ponían un ejemplo parecido en México, y era sobre la expropiación petrolera, cuando los ciudadanos mexicanos donaban sus pertenencias para sacar a EUA de nuestro oro negro.

Un pasillo después, se encontraban las salas por las que había pagado un costo extra para poder pasar, que era El Despacho Presidencial, donde se encontraba años atrás la oficina de Fidel, y afuera el Consejo de Ministros, donde se tomaban las desiciones sobre el país.

Ahí mismo había una estatua con 3 hombres mirando hacia el horizonte y se conoce como "Trilogía" y son Fidel Castro, Camilo Cienfuefos y Che Guevara, con maquetas que explican como fueron los movimientos para atacar al enemido y así triunfara la revolución.

Para llegar a la parte última del museo, había que cruzar una calle, la cual está cerrada y es cuidada por el ejército, por cierto aquí los soldados son muy guapos, y ahí mismo está el Memorial Gamma y es donde se encuentra el Yate donde llegaron 80 hombres, entre ellos Fidel y El Ché, procedentes de Tamaulipas, México, donde dejaban el exilio para comenzar con la lucha a la libertad de Cuba.

Al rededor de este, se encontraban tanques, cañones, aviones, lanchas piratas, todas utilizadas en este periodo, y en su mayoría donados por la Unión Soviética para que Cuba derrotara a Estados Unidos, mismos artefactos que fueron utilizados en La 2a Guerra Mundial. Así fue como concluí la visita a este maravilloso museo, que por sus paredes, pasillos y techos es una infinidad de arte hecha arquitectura.

Al salir de ahí, caminé por una calle delgada, húmeda, con edificios en ruinas pero coloridos, con ropa tendida por las terrazas, un mercado, y muchos cubanos, fueron alrededor de 5 cuadras, cuando se aproxima la famosa Plaza de la Foridita, enfrente del Museo de Bellas Artes, afuera hay carretas de época con caballos bien cuidados, los cuales se rentan para paseos, ahí me abordó un cubano, "México, México, ey hermano", lo escuchana, pero me hacía que no, pues llevaba mis audifonos, hasta que me tocó el hombro fue que le hice caso, al quitarme el audifono, le daba la oportunidad a que me dijera que quería "oye, hola mira estas buscando fiesta", no, "te quiero proponer algo, todos aquí vienen a la diversión, y tú se ve cara de que te gusta la fiesta cubana".

Lo ignoré, y seguí caminando, se acercó nuevamente a mí, y le dije "no quiero, gracias, estoy bien, voy a ver a alguien, gracias", y el tipo siguió "mira, a quién verás", a unos amigos, así que dejame gracias por tu amabilidad, "en lo que esperas a tus amigos, vamos a un bar", gracias pero ya voy hacia a él, donde veré a mis amigos, "a vas a La Floridita", dijo, para lo cual le afirmé.

Antes de llegar a La Floridita, había quien sabía que era mexicano, y otros tantos me confundían con otras nacionalidades, entre ellas la cubana, y una señora me invitó a pasar a un tianguis dentro de un edificio con ropa de EUA a buen precio, el cubano insistente regresó, y me dijo "mira esperame aquí, voy unas chicas las cuales te darán diversión, y te harán de todo, cogen espectacular como a los mexicanos les gusta", me reí mucho cuando dijo eso y el tipo me dijo "bueno, entonces amigos si es que te gustan", me volvi a reir, y me dijo "bueno es que todos vienen a Cuba a eso, y tú tienes cara", y le dije "desde ese rato te dije que gracias por tus servicios, ahora me esperan, gracias".

Caminé hacia La Floridita, y el tipo me siguió, como iba hable y hable, el de la puerta pensó que venía conmigo, así que empecé a buscar un lugar para sentarme en La Floridita, y no encontraba, estaba completamente lleno, y en fiesta a las tipo 12:30 pm, y el tipo me dijo "ves, me mentiste vienes solo, y nadie te espera, ven vamos a la fiesta", lo ignoré, caminé hacia a la barra, ahí observé el bar el cual es precioso, como estar en una cantina en los años 30's.

El tipo seguía hable, y hable, decidí moverme a otro lado de la barra, y me dijo "ves, te lo digo que vienes solo, vamos a la fiesta", fue cuando volteo enojado y le grito "con una chingada ya te dije que no, largarte de aquí", y me dijo "pero hermano", se acercó el de la puerta, un cubano grande y negro, pero de buen parecer, "señor, viene con usted este cubano", y respondí que no, y el cínico dijo "bueno no me corras invitame un mojito", respondí "lárgate de aquí", y el cubano lo saco, regresó para pedirme una disculpa en nombre de Cuba, y que no lo había detenido porque como venía hablando conmigo, pensó que era mi amigo.

Había un grupo que tocaba en vivo, y así estaba de fondo "El Cuarto de Tula", pedí un mojito, y es que el Floridita es uno de los 7 mejores bares del mundo, ahí bebía El Ché todas las tardes, y es famoso por las personalidades que lo han visitado, así como es la cuna del "Daikirí", y es que Cuba es rico por su cocktelería entre "Mojitos" y "Dakiris", son los más ricos que he probado en mi vida.

Pedí al mesero mi mojito, el cual  prepararon enfrente de mi, le pusieron su popote y me dieron de botana "plátanos fritos", observaba el lugar y lo bello que es, entre ese rojo vivo, el dorado de sus adornos, la caja registradora vieja, el ambiente que se vivía, y la música, comenzaban a ponerme muy de buenas, después de 20 minutos de estres con el cubano acosador.

Fue el momento cuando el grupo tocó una de mis canciones favoritas, y que es conocida en todo el mundo "El Chan Chan", la tocaban con un sabor, ritmo y pasión que me emocioné, y comencé a bailar solo, la gente cantaba, y aplaudía, así que otros más se animaron a bailar solos. La estaba pasando muy bien, después de 3 mojitos, aunque al pagar si fue algo caro, pues de lo que bebí, fueron 24 CUC, tuve que salir, pues tenía más planes para este día.

Caminé hacia el parque central, el cual es La Plaza Martí y famosa porque es el punto de reunión de la comunidad gay cubana, después unos callejones angostos, donde se encontraba "La Casa de la Barbera" y es un museo que habla de cortes de cabello, pequeño pero bonito, fuera de él me llabama mucho la atención que había gallos amarrados de una pata, hacia la pared, y ahí se encontraban parados, como si fueran una escultura viva.
Esa misma calle me sacaría al malecón, donde me compraría una cerveza por el calor que hacía. Decidí sentarme en él, y observaba como muchos cubanos se sentaban en las rocas y en el muro viendo hacia el mar, me hacía pensar que todos soñaban con su libertad, con la mirada en dirección a Miami. Comenzaba a sentir el alcohol por mi sangre, y puse la música de mis audifonos y comencé a bailar en el muelle, me sentía libre, y pensaba en mi vida en México y como sería mi vida en México, en lo feliz que estaba, y en el olor al océano, mi miraba dio un giro, y se observaba El Castillo del Morro, el cual es conocido por una gran fortaleza.

Y recordé que estaba en la lista de lugares que visitaría ese día, así que caminé hacia la Embajada Española, que se encuentra cercada y decorada con imagenes representativas de España, y la cual tuvo mucha polémica, porque años atrás la embajadora regalaba las visas españolas para que los cubanos fueran libres, hasta que la descubrieron y la corrieron del país, ella amenazo que si el gobierno se desquitaba con los familiares de los cubanos ya libres, ella mostraría muchos videos sobre la corrupción cubana.

En el paradero, no sabía si tomar un taxi o irme en el camión, puesto que no sabía cual tomar, y es que un taxi me cobraría por cruzar el túnel que está de bajo del mar, 12 CUC, el cual es un tramo de 5 minutos. Así que decidí tomar la guagua, todas iban absolutamente llenas de cubanos, como el metro de la Ciudad de México, solo que sin aire acondicionado a una temperatura que no sabía cual era, pero hacía más de 35°.

Una señora me asesoro, ya que ahí pasaban 3 rutas, y solo una iba hacia al Morro, me dio que costaba .5 centavos de peso cubano, y en cambio solo traía .25 centavos de CUC. le pregunté que si le echaba esa moneda podía pasar, y me dijo" no, tiene que ser en peso cubano", es que solo traigo 10 pesos cubanos, "no, porque lo echas en una alcancía y no da cambio" me dijo, vio mi cara de preocupación, y me vi que sacó su monedero de sus pechos, y me dijo mira yo traígo, cuando subas pagas, le dije tenga, le doy esta moneda .25 centavo de CUC, y me dijo que no,que ella me pagaba el pasaje, que no era nada.

Me dio mucha pena, pero acepté, al llegar la guagua no cabía ni un alma, y los cubanos formados se peleban por subir, así que la señora al ver que me saqué de onda, me dijo "ven niño que yo te enseño como tienes que ser aquí, porque si no te deja", la señora amablemente fue a dejar el dinero a la alcancía rapidamente, y fue por mi, me tomó de la mano y corrimos hacia la puerta trasera, nos metimos como pudimos, le di las gracias, y me explico hacia donde caminaría para llegar al Morro.

Llego un momento muy curioso, pues los cubanos al escuchar mi acento, todos absolutamente todos en la guaua a pesar de que era enorme, voltearon a verme, yo solo sonreí, e hice fotos de esta aventura, cuando entramos al túnel, pensé en un huracán que derribaría el túnel, para lo que pensé "deja de decir tonterías".

Al salir me puse nervioso, y fue la primera parada, aunque no se detuvo, porque iba muy lleno, y mucha gente se quedo sin bajar en la parada. Y es que las guaguas cubanas tienen la fama de que no siempre se paran, así tengan que bajar gente, si ven a mucha esperandola.

Me preocupé en ese momento, porque tomamos carretera después, y justo cuando me tenía que bajar no se detenía, y la señora que me ayudo a subir gritó al chofer "que fregados, que te detengas que van a bajar, estas mongólico" y comenzó a golpear la puerta, la guagua se detuvo, y le di las gracias, y aún me dio para mi pasaje de regreso, se lo agradecí mucho, y baje.

Caminé por el campo, hasta que llegué al Colegio Militar, donde se encuentra una escultura de Fidel Castro, a lo cual un soldado me prohibió hacerle fotografía, me dijo que siguiera mi camino, para lo cual lo hice, y ahí me detenía otro soldado para que pagara un costo de 1 CUC para poder seguir caminando, me dio un boleto y llegué al Castillo del Morro. Al entrar se ve un foso seco, el cual fue derribado por los ingleses en una batalla contra piratas.

Para llegar a la entrada del castillo, caminé por el Túnel Aspillerado, que es largo, fresco, angosto y de color blanco, baje a ver los grandes y oxidaos cañones de batalla que tiene la fortaleza, regresé y pagué 6 CUC para entrar, 2 más si quería subir al Faro que es una imagen de postal que distingue a La Habana.

Ahí observé parte de la llegada de los españoles a la isla, así como las batallas que tuvieron, los mapas que hay para seguir el camino hacia México, los túneles, las habitaciones, la Estación semafórica, que es la cabaña que se ha caído 3 veces por los fuertes viento que hace en la parte superior del Morro, es tan potente el viento que te avienta, y es la cabaña donde se encuentran las banderas de los barcos pirata derribados, y es que los cubanos eran expertos marineros, ahí se encuentran 3 banderas de México, de 3 diferentes épocas.

Aquí el señor que me explicó, me enseñó por el telescopio, y me enseñó a hacer fotografías sobre el telescopio, me contó parte de la historia del castillo.

Al subir al Faro, son 177 escalones, por unas escaleras angostas de ladrillo naranja, con ventanas pequeñas, donde hace mucho calor, hay un descanso con una puerta de madera roja angosta, como por donde entra el conejo de la película de "Alicia en el País de las Maravillas", una escalera de madera angosta, donde no cabe alguna persona con sobrepeso, que acompletan un total de 125 escalones. En el faro hay una persona que te pide el ticket para subir al faro, le regalé unos dulces porque me hizo bastantes fotografías, y si en viento me empujaba en la parte supeior del Morro, aquí era doblemente potente la velocidad de este, así que la chica me dijo que cuando saliera a ver el océano, me detuviera del barandal,  y sí me empujaba.

En ese momento me sentí libre, levanté los brazos para sentir el viento, ver el horizonte del mar, y pensar en mi futuro. Aparte de que tiene una vista impresionante de La Habana. Al bajar de ahí, fui a beber agua a una cabaña muy fresca, y comerme un helado, que la única empresa que llega ahí es Nestlé.

Al salir del Morro, me senté en el campo, y un soldado se aacercó para preguntarme si había pagado para estar ahí, al escuchar mi acento, me pidió una disculpa, después se acecó a una señora que iba con sus dos hijos para decirles que no podía estar ahí si no pagaba, ella respondió "es mi tierra ingreído", me pareció una injusticia, y le dije "usted camine libre por su tierra, que este mismo sueña con la libertad que usted desea", el soldado se marcho, la señora sonrió y corrio por el campo con sus hijos.

Después, caminé hacia la caseta,  me cruce para tomar mi camión de regreso, al llegar ahí fui a comer a un paladar, que está lindo y pintoresco, azul como el mar caribe, con una rockola vieja, y se llama "Café La Alicia". al terminar de comer, caminé por el malecón, y unos músicos se hicieron mis amigos, ya los había visto en días anteriores, solo que esta ocasión me hicieron platica.

Hablamos sobre mi trabajo, su vida, uno de ellos me contó que tenía una amante mexicana, que era de Guanajuato, y que llevaban 5 años de estar enamorados, que lo iba a ver a Cuba hasta 6 veces al año, y que cuando la conocío el supo lo que eran unas vacaciones, ya que el día que se tuvo que marchar a México, perdió su vuelo por él, y se quedo 2 semanas más, dejando ir a su hermana y a su madre, la hoy señora con 4 hijos, esta divorsiada desde hace 2 meses, y vendrá por mi en 3 meses, en lo que la embajada mexicana libera mi visa, el hombre se veía contento por alcanzar la libertad, y preguntaba cosas sobre México, entre ellos la violencia.

Después me dijo, nosotros somos artistas, "cómo es la vida de un músico en México", le platique la realidad, y que no era una fuente de ingresos, pues la industria en la actualidad es muy dificil, me dijo "yo quiero tocar en un grupo de salsa como Los Ángeles Azules, hacer conciertos y que la gente me aplauda", ese es mi sueño cuando llegué a Guanajuato.

Después llegó un policía y me dejaron de hablar, llegó una patrulla y pidió sus carnets, los cuales son sus identificaciones oficiales como cubanos, los policías pensaban que me estaban acosando, y los querían reportar, llevarse a uno de ellos a la cárcel porque ya tenía 2 reportes, me sentí mierda al ver eso, impotente al no hacer nada, ya que ellos me dijeron que si veía a los policías queriéndoselos llevar, y yo los insultaba, por ser extranjero no pasaba nada, pero mi cargo se lo echaban a ellos.

Estuvieron ahí por más de 20 minutos, hasta que se fueron, aunque se pusieron enfrente de nosotros, y nos hicieron la vida más imposible, les dije ya toquen, yo los escucho, y comenzaron a tocar una hermosa música cubana, y me dijeron "como la canción de Bésame mucho, es mexicana la tocaremos para ti", y el malecón comenzó a llenarse de turistas, y cubanos que bailaban, se veía la puesta de sol, y era un momento muy agradable.

Cuando dejaron de tocar, seguimos platicando, hasta que les dije que seguría caminando, y les dí 1 CUC a cada uno (4 músicos), nos hicimos una foto la cual conservo con cariño, y proseguí mi camino durante 8 kilómetros hasta llegar al Hotel Nacional, y de regreso hasta enfrente del Morro, un total de 16 kilometros, era de noche, y hacía calor, pintaba para fiesta, y me senté a descansar un rato.

Decidí ponerme de pie, y un cubano grió "México ven para acá", y era un grupo de amigos cubanos de 7 personas, que bebían el líquido en las botellas como de boing, de color blanco, me invitaron y dude en beber, me dijeron que era ron cortado, y que era el barato de Cuba, y el que ellos podían beber por accesible, pues tiene un costo de 5 pesos cubanos, así que le dí un trogo, y comenzó la fiesta, pues me presentaron a dos fotógrafos brasileños que venían a presentar su galería en La Casa México al día siguiente.

Tres nacionalidades en una misma noche, la cubana, brasileña y mexicana, todos hablando de las situaciones políticas de nuestros países, todos con dudas sobre el México violento, sobre Peña Nieto y Obrador, sobre Calderon y su guerra contra los mexicanos inocentes, sobre Vicente Fox y su gobierno del cambio.

Fue aquí donde me enteré que en Cuba era día festivo, el lunes 28 de enero, ya que era el Natalicio de José Martí, y habría un concierto a las 9 de la noche en el Parque Central (Plaza Martí), me invitaban, y dije que sí, pero antes seguimos bebiendo en el muelle, hasta que se acabo el ron, y me dijeron que si yo invitaba una botella, a lo cual accedí, Ramón un cubano que ya me había visto, pero que yo no había notado, pues él estuvo en el percanse que tuvieron los músicos con la policía, me llevo a la tienda, y me metió por un edificio en ruinas sobre el malecón que cruzaba a la otra calle, lleno de humedad, humildad, cubanos, me observaban por ese pasillo deteriorado por el tiempo.

Esa misma noche respondieron a una de mis dudas, el porqué los policías eran tan culeros con los mismos cubanos, si también ellos tenían las mismas necesidades y sueños de libertad, y fue como me enteré que el gobierno cubano los recluta de la sierra, que es donde están peor que en La Habana o en Varadero, y que no tienen estudios, que vienen a La Habana con el sueño de vivir en la capital, que les pagan 35 CUC mensuales, lo que viene siendo 490 pesos mexicanos, más un costal de arroz y otrode frijol, y que por esa cantidad de mendigan para estar reportando cubanos.

Y es que cuando un cubano se acerca a un turista, al momento de pedirle el carnet se crea un reporte, el primero se conoce como "reportado", el segundo "advertencia, peligroso", y el tercero es cárcel. Así de injusto, y si un turista se acerca a preguntar a un cubano sobre alguna calle, también se le reporta.

Después nos paramos de ahí, y caminamos hacia el Parque Central, nos sentamos en una banca, y una cubana me haría un striteeps, cosa que me dio mucha risa, pero le dije que más noche,  ella decía que yo era un pan de Dios, que porque en el tiempo que llevaban conmigo ni un policía se había detenido para pedirles su carnet. Se acercó una señora con los cucuruchos de papel, y pregunté que qué era eso, Navor compró uno, cuestan 1 peso cubano, y son maní tostado o garapiñado (con azúcar blanca, y no como los que conocen ustedes, garapiñados, pero escasos). 

Entonces seguimos nuestro camino hacia la Plaza Martí, ahí habría gente de la política, los verdaderos y fuertes artistas cubanos, el ejército y policías, así que tenía indicaciones de no hablarles tan notoriamente, nos sentamos en una banca bajo un árbol a beber, e improvisamos un recipiente para beber el ron en una botella de agua que se encontraba en el piso.

Ahí platicamos y platicamos, hasta que dejo de sonar la trova cubana, y comenzó la salsa, rumba y cumbia, y fuimos hacia allá, bailaba en la calle como los demás cubanos, aunque un liston y una valla de policías distinguía la diferencia entre las personas que se encontraban sentadas, que era toda la crema y nata del gobierno, ejército y adinerados de Cuba, los turistas y cubanos nos encontrábamos fuera, para esa hora ya estaba muy ebrio, alegre y conocí a unos chilangos que sorprendidos estaban porque viajaba solo, y me encontraba con un grupo de cubanos desconocidos (7 total), les dije que no había problema, que había mucha seguridad para nosotros los turistas, ellos rieron.

Ahí fue donde anexé a los mexicanos al grupo, y comenzamos a socializar, a beber, disfrutar del concierto, hasta que este acabo al rededor de las 12:00 am, la gente comenzó a irse, así que la fiesta por ahí se había acabado, los cubanos nos dijeron que nos llevarían a la fiesta cubana, así que cuando ya íbamos rumbo a ella, por la Plaza Floriditalos chilangos desconfiaron y ya no quisieron seguir en el camino.

Entramos al Bar el Monserrate, donde me dijeron que yo sería el pase de entrada para que ellos tuvieran acceso, y les dije "me mintieron, dijeron fiesta cuana, y si yo soy el pase de entrada es porque ahí hay mucho turista como el que estoy viendo ahora entrar, y los que se ven bebiendo", ellos rieron y me dijeron que según era la fiesta cubana, porque entraba mucho a poner ambiente, el chiste es que no supieron que decir.

Pero como estaba feliz, les dije pues me mintieron, pero me han tratado bien y caído bien, vamos, y entramos y les invité una ronda de cervezas, para ese entonces ya solo eran 4 cubanos, y yo, tocaban música en vivo, había cubanos bilando hermoso y turistas. Después ellos dijeron que me invitarían unas cervezas ligandose a unas turistas, lo intentaron con unas españolas, que iban con sus novios, y que terminamos siendo amigos Emilio y Juan Carlos, quien a uno de ellos le gusta mucho Bisbal, platicamos sobre la situación política de España, me comentaron que México estaba en la mira de sus vacaciones, pero que no fueron por la violencia que ven en las noticias.

En ese lugar me enteré que el dueño como en muchos otros contrataba cubanos para que fueran a bailar al ritmo de la salsa caribeña, y así poner ambiente, y sí, en difinitiva ahí conocí a Sergio, Mariela y Renato, al platicar con ellos fue como me enteré de esto, ellos preguntaron de dónde era, al saber que venía de México, Renato respondió "yo sueño con un día llegar a Yucatán, México y ahí vivir", Sergio dijo "yo en Alemania", Mariela una chica guapa, delgada y de mirada triste, me observaba, se detuvo y le pregunté "tú con qué sueñas", no me respondió y siguió su camino, Renato respondió por ella, diciendo "ella sueña con todo el mundo".

Eran las 2 de la mañana y los españoles tendrían que viajar a Varadero al día sigueinte, me invitaron, pero les dije que yo llegaba el miércoles por la mañana, que nos mensajeabamos en el celular, intercambiamos celulares y facebook. Cuando ellos se fueron, los cubanos me invitaron otra ronda, y dije que yo ya me marchaba, ellos se molestaron un poco porque se les acaba la fiesta, pero salieron conmigo, me querían acompañar al taxi, pues ya era muy noche y comenzaba a chispear, pero les dije que sabía el camino a pesar del estado etílico en el que me encontraba.

Quedamos en vernos al día sigueinte para la exposición de fotos de los brasileños, en La Casa México,  donde habría de comer y mojitos gratis.

Al llegar con la señora Alicia, ella ya se enocntraba dormida, salió abrirme, tomé agua, y me fui a dormir, dándole las buenas noches, y las gracias.