Salía de mi casa, como todas las noches de sábado, aquellas que son de antro, de diversión, de alcohol, de sexo, de drogas y de toda la diversión posible que hiciera saciar a mi cuerpo, en un mundo lleno de éxtasis en donde solo existe el placer por sentirse bien, por encontrarse el uno al otro, por reír, por bailar, por brincar, pero sobre todo por estar con los amigos. Sería una noche de tour antrero con Casandra, Mónica, Gerardo, Laura, Adrián y yo, dos transexuales, tres gays y una heterosexual (la anormal del grupo).
Todos nos quedamos de ver a las 9 de la noche en casa de Laura, cuando llegué al lugar, ya se encontraba Casandra afuera, y Gerardo iba llegando, me acerqué, los saludé como siempre de beso en la mejilla, platicamos un rato, en lo que bajaba Laura y llegaba Adrián, pusimos música de antro para entrar en ambiente, aunque Casandra quería escuchar a Manuela Torres, pero Gerardo y yo le dijimos que no, que nosotros éramos muy joviales para ese tipo de música, ella solo respondió “estúpidas”, hablándonos en femenino.
Al fin llegaba Adrián y al mismo tiempo salía de su casa Laura, todos nos saludamos y subimos al carro, íbamos por avenida Vallejo para salir a el eje de Guerrero y así salir a Reforma sobre el Caballito y llegar al fin llegar a Bucarili, donde se encontraba nuestra primera parada de la noche “Living”, entramos los cinco a ese majestuoso lugar, con clase, modernidad, ambiente, una selección musical impresionantemente bella para tus oídos y todos los sentidos diría yo, tacto al bailar y sentir el ritmo, gusto por si besas a alguien al estar escuchando algún tema, vista para deleitarte con todos los hombres y mujeres guapos que entran a ese lugar y olfato para saborear el alcohol antes de consumirlo.
Al entrar por el pasillo de la recepción con una ambientación colonial, puede observar a Erick, mi tocayo, mi primer novio, mi primer amante, mi primer hombre y mi primer todo, mi amigo y ahora el reencuentro de una relación que había terminado dos años atrás. Se acercó a mi, me dio un fuerte abrazo, y nos saludamos, le presente a mis amigos, Adrián, Gerardo, Casandra y Laura, sonó el teléfono de Casandra (la transexual), y era Mónica (la otra transexual), acaba de llegar a Living, la esperamos para entrar a la magia.
Living un lugar maravilloso, con su pista de pop con una ambientación en pop art y un poco de minimalismo, pero no era nuestra sala deseada, así que entramos a la más grande de todas las pistas de living y de los antros tanto en América Latina como en Europa, la zona electrónica, muy futurista, oscura, divertida y muchas luces, estrobos, y ahí nos quedamos para disfrutar de tan solo unas dos horas, pues la noche era de un tour antrero.
Oscar Velásquez se encontraba como DJ esa noche en la parte electrónica, y uno de los temas que pone a bailar y brincar a todos los gays, y colados como la anormal de Laura (la heterosexual), era “Bad Romance Beatall Fusion Essence-Lady Gaga”, todos bailaban, salían serpentinas y confetis del techo, globos plateados, humo, y los bailarines aéreos que caracterizan a Living comenzaban a bajar. El lugar estaba lleno, y como es muy común en los antros gay que son conocidos como lugares de ambiente, casi no hay sillas, así que no había ni un alma sentada.
Decidí salir al jardín con Erick, ya que tenía calor, el jardín muy mono, con lámparas colgantes en formas amorfas, de colores, sus pasillos con arbustos, fuentes, la luna y las estrellas, mientras platicábamos, se acercó a mí Chris un holandés que conocí en el “B-Side” (antro, totalmente electrónico), nos saludamos y me comentó que estaba de regreso en México, por cuestiones de trabajo, tenía un puesto importante director de relaciones públicas a sus escasos 24 años. Después dijo que iría por una cerveza, y se rió, me guiñó el ojo, y se alejó.
Erick me preguntó que sí era mi ligue, y le dije no, nos conocimos y nos hicimos amigos le comenté (obvio le había dado unos besos), seguimos con la platica de nuestras diferentes profesiones y planes que tengo con Erick de abrir una casa productora, el ingeniero en animación digital y yo comunicólogo, toda una excelsura para el negocio. Aunque yo le veía ganas a Erick de que cambiáramos de tema, así que él tomo la iniciativa tocándome la mano.
Ya no éramos novios, éramos amigos y futuros socios, aunque siempre tuve en mente que él regresaría a mi vida, me comenzó a acariciar de una forma tan especial la mano, que fue subiendo por mi brazo, mi piel se hizo chinita, comenzaba a sentir las mariposas en el estómago, el DJ tocó la canción de “When Love Takes Over-Kelly Rowland & David Guetta”, se acercó a mí, me tomó por la espalda, yo solo lo veía a los ojos y él también, al ritmo de esa melodía me robo un beso, el cual se lo respondí apasionadamente, esas mariposas en el estómago se convertían en cuervos dentro de mí, era una sensación extraña, linda, hermosa, increíble…
Durante los 6 minutos que duró la canción nos estuvimos besando, fue maravilloso, mis labios quedaron tan rojos e hinchados así como a él, nos reímos, me abrazó y fuimos de nuevo con los chicos a la pista, llegamos abrazados, y ellos nos dijeron “uhuuhuhuhuhuhuhuhuhuh”, nosotros solo reímos y seguimos bailando.
Salimos de Living, ahora iríamos al segundo antro de la noche, por solo dos tarros de a litro de cerveza, en Amberes sobre Avenida Reforma, el “42 Street”, un bar con muy buena música tanto pop y electrónica, combinada, paredes de cristal, cristales y una luz morada y azul, que le dan un ambiente diferente a los demás. Al entrar los 7 todos se nos quedaron viendo, dijo Gerardo “nos ven por estas dos que llaman la atención (Casandra y Mónica)”, nos reímos, y fuimos directo a la barra por nuestra cerveza.
Sonaba “One Love-Estelle & David Guetta”, Erick por ser anteriormente heterosexual, no bailaba muy bien, pero lo comencé a mover por la cintura como siempre lo he hecho al ritmo de la música, como diría él “no se puede tener todo en esta vida”.
Y ahí estaba Gerardo y Adrián, los dos riendo con otras dos personas, no lo podía creer era Gael y un amigo, Gael el primer novio de Gerardo, él se veía muy feliz, después Gael y Gerardo se apartaron de Adrián y el amigo, y se comenzaron a besar como nunca, yo solo pensé “wow”, dos años mayor que él, alto, guapo y güero, como mi hombre pero el mío más guapo, aclaro.
Adrián comenzó a platicar con Laura, pues Casandra y Mónica buscaban algún hetero curioso o heteroflexible como se le conoce en la jerga gay, para ver si ligaban. Laura no ligaría por supuesto estando en un lugar gay, aunque siempre están llenos de gente buga (heterosexual), mientras Adrián platicaba con ella sobre su tratamiento y su lucha contra el VIH, todavía se encontraba en depresión Adrián, nos costó trabajo que saliera de antro, pero al fin lo logramos. Pues hoy en día la gente no muere de VIH.
Casandra y Mónica comenzaron a bailar todas divas, todas ellas, todas chavas, todas lindas, pero en el 42 Street casi no van curiosos. Estuvimos disfrutando durante una hora del 42 Street, ya era la 1:30 am, así que nuestros rumbos tenían que cambiar de dirección, ahora iríamos a otra parte de la ciudad, la calle de República de Cuba, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
Al llegar, se encontraban tantos lugares que no sabíamos a cual entraríamos, así que optamos por el de gente bonita, “Marrakehts”, ya hasta se había colado al grupo Gael y su amigo de nombre Facundo, entramos a ese lugar verde fosforescente, letras rojas, típico por el cuadro donde es, parece un rectángulo parado, en la pista se encontraban bailando “Lambada versión electrónica-house-tropical”, con muy buen ritmo.
Volvimos a tomar alcohol, está vez fue vodka, todos bailando, Casandra estaba ligando con un extranjero, y Mónica con el acompañante, llegaron 5 vestidas al lugar, las cuales fueron criticadas por muchos, por la peluca de cabello de Barbie pirata, que se veía tan sintético a kilómetros.
“Stero Love-Edward Maya & Vika Jigulina”, fue el tema con el que Erick me volvió a tomar, pero ahora fue por el cuello, mientras bailábamos pegados, podía sentir como su éxtasis crecía y crecía, al igual que yo, nuestras almas se juntaban, nuestros cuerpos, nuestras miradas se quedaron fijas, mis ojos recorrieron desde su frente, sus ojos, su nariz, sus labios, su barba, su cuello, y volví a subir la mirada a esos labios rosas que hacen muy bien juego con la piel blanca, mi lengua se acercó lentamente, y él fue él que dio el último paso, para que quedáramos embonados.
La humedad de nuestras lenguas, nuestras manos juntas y nuestros cuerpos moviéndose al ritmo de la música, era realmente un momento inolvidable, después nuestras manos se soltaron, me abrazó por la espalda baja y yo por su cuello, nuestras cabezas giraban a lados contrarios, y las lenguas jugaban y jugaban, hasta que comenzó a morder mis labios, al ritmo de “Toca’s Miracle-Fragma”, me recargó en uno de los muros, y me susurró “vámonos a la luna”, le sonreí.
Así que nos despedimos de todos, y noche de tour antrera terminaba en el Marrakehts, ya no pude terminar en “Chango” el último antro que irían al aire libre, pero mi noche apenas comenzaba en la luna y terminaría en Saturno…
Al fin llegaba Adrián y al mismo tiempo salía de su casa Laura, todos nos saludamos y subimos al carro, íbamos por avenida Vallejo para salir a el eje de Guerrero y así salir a Reforma sobre el Caballito y llegar al fin llegar a Bucarili, donde se encontraba nuestra primera parada de la noche “Living”, entramos los cinco a ese majestuoso lugar, con clase, modernidad, ambiente, una selección musical impresionantemente bella para tus oídos y todos los sentidos diría yo, tacto al bailar y sentir el ritmo, gusto por si besas a alguien al estar escuchando algún tema, vista para deleitarte con todos los hombres y mujeres guapos que entran a ese lugar y olfato para saborear el alcohol antes de consumirlo.
Al entrar por el pasillo de la recepción con una ambientación colonial, puede observar a Erick, mi tocayo, mi primer novio, mi primer amante, mi primer hombre y mi primer todo, mi amigo y ahora el reencuentro de una relación que había terminado dos años atrás. Se acercó a mi, me dio un fuerte abrazo, y nos saludamos, le presente a mis amigos, Adrián, Gerardo, Casandra y Laura, sonó el teléfono de Casandra (la transexual), y era Mónica (la otra transexual), acaba de llegar a Living, la esperamos para entrar a la magia.
Living un lugar maravilloso, con su pista de pop con una ambientación en pop art y un poco de minimalismo, pero no era nuestra sala deseada, así que entramos a la más grande de todas las pistas de living y de los antros tanto en América Latina como en Europa, la zona electrónica, muy futurista, oscura, divertida y muchas luces, estrobos, y ahí nos quedamos para disfrutar de tan solo unas dos horas, pues la noche era de un tour antrero.
Oscar Velásquez se encontraba como DJ esa noche en la parte electrónica, y uno de los temas que pone a bailar y brincar a todos los gays, y colados como la anormal de Laura (la heterosexual), era “Bad Romance Beatall Fusion Essence-Lady Gaga”, todos bailaban, salían serpentinas y confetis del techo, globos plateados, humo, y los bailarines aéreos que caracterizan a Living comenzaban a bajar. El lugar estaba lleno, y como es muy común en los antros gay que son conocidos como lugares de ambiente, casi no hay sillas, así que no había ni un alma sentada.
Decidí salir al jardín con Erick, ya que tenía calor, el jardín muy mono, con lámparas colgantes en formas amorfas, de colores, sus pasillos con arbustos, fuentes, la luna y las estrellas, mientras platicábamos, se acercó a mí Chris un holandés que conocí en el “B-Side” (antro, totalmente electrónico), nos saludamos y me comentó que estaba de regreso en México, por cuestiones de trabajo, tenía un puesto importante director de relaciones públicas a sus escasos 24 años. Después dijo que iría por una cerveza, y se rió, me guiñó el ojo, y se alejó.
Erick me preguntó que sí era mi ligue, y le dije no, nos conocimos y nos hicimos amigos le comenté (obvio le había dado unos besos), seguimos con la platica de nuestras diferentes profesiones y planes que tengo con Erick de abrir una casa productora, el ingeniero en animación digital y yo comunicólogo, toda una excelsura para el negocio. Aunque yo le veía ganas a Erick de que cambiáramos de tema, así que él tomo la iniciativa tocándome la mano.
Ya no éramos novios, éramos amigos y futuros socios, aunque siempre tuve en mente que él regresaría a mi vida, me comenzó a acariciar de una forma tan especial la mano, que fue subiendo por mi brazo, mi piel se hizo chinita, comenzaba a sentir las mariposas en el estómago, el DJ tocó la canción de “When Love Takes Over-Kelly Rowland & David Guetta”, se acercó a mí, me tomó por la espalda, yo solo lo veía a los ojos y él también, al ritmo de esa melodía me robo un beso, el cual se lo respondí apasionadamente, esas mariposas en el estómago se convertían en cuervos dentro de mí, era una sensación extraña, linda, hermosa, increíble…
Durante los 6 minutos que duró la canción nos estuvimos besando, fue maravilloso, mis labios quedaron tan rojos e hinchados así como a él, nos reímos, me abrazó y fuimos de nuevo con los chicos a la pista, llegamos abrazados, y ellos nos dijeron “uhuuhuhuhuhuhuhuhuhuh”, nosotros solo reímos y seguimos bailando.
Salimos de Living, ahora iríamos al segundo antro de la noche, por solo dos tarros de a litro de cerveza, en Amberes sobre Avenida Reforma, el “42 Street”, un bar con muy buena música tanto pop y electrónica, combinada, paredes de cristal, cristales y una luz morada y azul, que le dan un ambiente diferente a los demás. Al entrar los 7 todos se nos quedaron viendo, dijo Gerardo “nos ven por estas dos que llaman la atención (Casandra y Mónica)”, nos reímos, y fuimos directo a la barra por nuestra cerveza.
Sonaba “One Love-Estelle & David Guetta”, Erick por ser anteriormente heterosexual, no bailaba muy bien, pero lo comencé a mover por la cintura como siempre lo he hecho al ritmo de la música, como diría él “no se puede tener todo en esta vida”.
Y ahí estaba Gerardo y Adrián, los dos riendo con otras dos personas, no lo podía creer era Gael y un amigo, Gael el primer novio de Gerardo, él se veía muy feliz, después Gael y Gerardo se apartaron de Adrián y el amigo, y se comenzaron a besar como nunca, yo solo pensé “wow”, dos años mayor que él, alto, guapo y güero, como mi hombre pero el mío más guapo, aclaro.
Adrián comenzó a platicar con Laura, pues Casandra y Mónica buscaban algún hetero curioso o heteroflexible como se le conoce en la jerga gay, para ver si ligaban. Laura no ligaría por supuesto estando en un lugar gay, aunque siempre están llenos de gente buga (heterosexual), mientras Adrián platicaba con ella sobre su tratamiento y su lucha contra el VIH, todavía se encontraba en depresión Adrián, nos costó trabajo que saliera de antro, pero al fin lo logramos. Pues hoy en día la gente no muere de VIH.
Casandra y Mónica comenzaron a bailar todas divas, todas ellas, todas chavas, todas lindas, pero en el 42 Street casi no van curiosos. Estuvimos disfrutando durante una hora del 42 Street, ya era la 1:30 am, así que nuestros rumbos tenían que cambiar de dirección, ahora iríamos a otra parte de la ciudad, la calle de República de Cuba, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
Al llegar, se encontraban tantos lugares que no sabíamos a cual entraríamos, así que optamos por el de gente bonita, “Marrakehts”, ya hasta se había colado al grupo Gael y su amigo de nombre Facundo, entramos a ese lugar verde fosforescente, letras rojas, típico por el cuadro donde es, parece un rectángulo parado, en la pista se encontraban bailando “Lambada versión electrónica-house-tropical”, con muy buen ritmo.
Volvimos a tomar alcohol, está vez fue vodka, todos bailando, Casandra estaba ligando con un extranjero, y Mónica con el acompañante, llegaron 5 vestidas al lugar, las cuales fueron criticadas por muchos, por la peluca de cabello de Barbie pirata, que se veía tan sintético a kilómetros.
“Stero Love-Edward Maya & Vika Jigulina”, fue el tema con el que Erick me volvió a tomar, pero ahora fue por el cuello, mientras bailábamos pegados, podía sentir como su éxtasis crecía y crecía, al igual que yo, nuestras almas se juntaban, nuestros cuerpos, nuestras miradas se quedaron fijas, mis ojos recorrieron desde su frente, sus ojos, su nariz, sus labios, su barba, su cuello, y volví a subir la mirada a esos labios rosas que hacen muy bien juego con la piel blanca, mi lengua se acercó lentamente, y él fue él que dio el último paso, para que quedáramos embonados.
La humedad de nuestras lenguas, nuestras manos juntas y nuestros cuerpos moviéndose al ritmo de la música, era realmente un momento inolvidable, después nuestras manos se soltaron, me abrazó por la espalda baja y yo por su cuello, nuestras cabezas giraban a lados contrarios, y las lenguas jugaban y jugaban, hasta que comenzó a morder mis labios, al ritmo de “Toca’s Miracle-Fragma”, me recargó en uno de los muros, y me susurró “vámonos a la luna”, le sonreí.
Así que nos despedimos de todos, y noche de tour antrera terminaba en el Marrakehts, ya no pude terminar en “Chango” el último antro que irían al aire libre, pero mi noche apenas comenzaba en la luna y terminaría en Saturno…