Al llegar a la calle de la República de Cuba, la cual es alumbrada por el color de las personas que la visitan en su vida nocturna, se encuentra uno de los lugares más espectaculares, aquel que no necesita de un exagerado concepto, bancas y mesas para sentirte en un lugar vip, el se hace por su color verde, la cantidad de gente que entra para sentirte en un sauna, entre roce y roce para sentir unas nalgas o un rico paquete, unos cuadros, un candelabro, el famoso "Bebé solo", Emiliano Zapata y un letrero alumbrante como si fuera teatro, te recibe al entrar "Marrakech Salón".
Al adentrarte ves a todo tipo de gay, pero todos con personalidad única, atrapados en la moda, actores, varoniles, osos, mamados, vestidas, drags, extrangeros, músicos, cineastas, diseñadores, periodistas, conductores, lo cual le da el toque, para no sentirte en tan nefasto lugar tipo Zona Rosa, es por ello que Marra es diferente a todos los lugares gay.
La selección musical es tan buena, y es que está a cargo de Pavelo Rockstar, mejor conocido como "El Chacal", desde el momento Nicki Minaj, Rihana y Madonna que son los que más amo, hasta "Que le pasa a Lupita" de Banda El Mexicano, te hacen la noche para bailar de un ritmo y cambiar a otro en un instante, recordando tú infancia o alguna otra época de aquel tema musical que escuchas en ese momento, que haya marcado tú vida.
Los momentos especiales en Marra, son todos, pero el lugar se pone obscuro cuando empieza uno de los temas musicales adoptados por la comunidad gay, y que son especiales para nosotros, la luz se apaga, y mientras todos bailan y la canción sigue corriendo, se prepara el candelabro para hacer su parte, prender y apagar, girar y prender el momento, mientras todos jotean agusto, disfrutando de ser gays, algunos otros arriba de la barra, como el famoso Mike, que todas las noches está parado a lado de la barra, y al cual le enoja que una gorda se suba a bailar y obstruya su actuación ante los muerde almohadas presentes.
Llega el momento en que Zamuel, mi barman consentido avienta las servilletas al aire, que caen como confetti sobre la cabeza de los que estan en la barra, o en la parte de abajo observando y bailando.
Al Emiliano Zapata con su look de emo, le gusta jotear cada que ve a un gay triunfando sobre otro, ese momento en que se concreta el beso después de haberlo conocido, y que todos estén pasando sobre ellos, bailando y besando, la luz se apaga y salen burbujas de jabón de la parte de arriba, la bola de disco ilumina el lugar, lo que le da un toque romántico para el momento, al mismo tiempo llega el candelabro para darle ese momento de velocidad a la pasión y hacerlo con más ganas.
Llega el momento en que hay que salir de Marra para respirar un poco de aire natural y aprovechar para fumar o aventarte un ácido, ya que dentro del lugar las droga no están permitidas, la calle es otro del folklor, puesto que hay gente bailando a fuera, los vendedores de cigarros, hot dogs, hamburguesas, carros que llegan con personas que son llevados por su amigo gay, con comentarios de "Marra es un clásico, es lo mejor en la comunidad", y entran ocho niñas con cara de estudio en la Ibero.
Al regresar al interior del lugar, puedes ver que la gente está más prendida de que cuando saliste, y solo han pasado 5 minutos. o puedes encontrarte a Tigrida (una drag queen) en la puerta, que te dará su tarjeta para que la agregues a facebook, aunque estos días ha estado faltante al lugar.
Entrar bailando, cantando, sonriente es la actitud para hacerlo, más nunca de malas, porque la gente que se encuentra dentro de Marrakech es tan buena vibra, algunos ya nos saludámos, porque es como nuestra casa de fin de semana, y nos vemos cada noche como si fuéramos parte del inventario del lugar. Sonriente es lo más importante, nunca sabes que hombre te puede estar observando, y puedan terminar ligando, en sexo casual de una noche o el amor de tu vida.
Conmigo han ido mis hermanos, primos, amigos heterosexuales y todos terminan con sonrisa, las noches del lugar son mágicas, como sus personas, como su personal que es el que junto con la gente hace el ambiente.
Así es Marra, el lugar donde me siento bien de ser homosexual, donde me la vivo todos los fines de semana, donde bailo, río y conozco gente, pero sobre todo porque cada que volteo a la salida o entrada, puedo ver el letrero donde me agradecen por mi preferencia sexual, único en su existencia.
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