Bajo la luz de la luna, acostados sobre el pasto platicábamos sobre nuestra vida, sobre nuestro amor, nadie sabía de nuestra preferencia sexual, solo nosotros y nuestro amor, aquél que nos llegaba a la edad de 17 años, que nos envolvía con el calor de una ilusión, de una chispa de vida, para nuestras familias era dificil, ellos pensaban "son grandes amigos", y se hacían preguntas como "¿Cómo serán sus hijos?, ¿Qué niña del pueblo será la afortunada en que nosotros entregaramos nuestros corazones?", pero lo que ellos no sabían, era que nuestros corazones nos pertenecían solo a ti, y a mí...
Nos divertíamos, conocíamos, jugábamos fútbol cuando estábamos con los amigos del colegio, jugábamos al amor cuando nos encontrábamos entre cuatro paredes, la oscuridad y la luz de la una vela...
Somos Erick e Israel, y esta es nuestra historia de amor, un amor que se destruyó cuando descubrieron la pasión de nuestros corazones:
Cursaba el año de 1939, vivíamos en la capital de Andalucía, Sevilla, el fascismo azotaba a toda Europa, todos los republicamos, escritores, periodistas, artistas y homosexuales corríamos peligro, no importaba que estuviéramos a favor de Francisco Franco, simplemente por ser eso, te encerraban y te ponían a trabajar en los campos de concentración que se encontraban en algunas regiones de la España franquista.
Israel y yo, íbamos al colegio, nos divertíamos, éramos más que amigos... nuestro amor puro, nos habíamos conocido en la escuela saliendo de la clase de Literatura, admirábamos a María Zambrano, una escritora de "La Generación del 36", nos gustaba por su obra llamada "Hacía un saber del alma", pero en el contexto político que se encontraba mi país, era prohibida, Franco la buscaba, se decía que quería asesinarla, y hacerla jabón en "los campos de concentración" donde entraban desde bebés hasta señores de tercera edad, y no regresaban, se decía que los mataban en los hornos...
Nosotros éramos libres a pesar de que nos gustaran algunas lecturas prohibidas, nuestros padres apoyaban el ideal de Franco, así que nos comvertíamos automáticamente de su lado.
Un día, estando en la casa de Israel, comíamos mientras su familia se encontraba fuera por asuntos familiares con su padre, así que no se encontrarían el fin de semana, desde que se subieron al auto, llegué para verle, abrazarle y besarle, al fin, era el momento perfecto para conocer nuestro amor, lo que queríamos sentir desde hace un tiempo...
Su casa se encontraba sola, así que me metí de contrabando para darle una sorpresa, entré por la ventana, caminé por el pasillo que me llevaba a su habitación, y me escondí hasta que él llegará, pasaron las horas y él no se abría la puerta, me comenzaba a preocupar, pensando si me había mentido de que se quedaría solo en su casa, parecía tarde, el cielo comenzaba a nublarse y con ello el pueblo se bañaba con la fuerte tormeta eléctrica, ya que era el mes de julio.
Después escuché que abrieron la puerta con urgencia, escuchaba ruidos y pensaba que si salía, podría ser algún familiar y me tacharían de ladrón, así que seguí escondido, entraron a la habitación y ví unas botas mojadas, llenas de lodo, y sí era el calzado de Israel, así que decidí salir de sorpresa, se puso a observar la lluvia por la ventana que daba mirada hacia el campo oscuro y tenebroso, salí despacio y le llegué por atrás, se encontraba completamente mojado, lo abracé y le dije "porqué estáis todo mojado", cuando volteó a verme "soís un tonto, estuve afuera de tú casa esperándote para verte y nunca saliste, dónde has estao", me quedé callado, y saque un dije de mi bolsa, se lo coloqué, y le dije "aquí, en el cielo esperándote", lo miré y le dí un cálido beso, que duró como cinco minutos, después me dijo "qué haís colgao", le respondí "el dije que une a nuestro amor secreto, y que nunca nadie sabrá", me coloqué el mío, y teníamos al fin algo que nos unía, aunque estuviéramos con la familia, amigos o desconocidos, los dos sabíamos que nos pertenecíamos el uno para el otro...
Comencé a quitarle la ropa mojada, para que no le diera un resfriado, le calenté un té, y nos sentamos en el sofá a platicar, mientras lo abrazaba para que no se enfermará, le daba calor humano, le daba amor, y sin darnos cuenta comenzámos a besarnos, nos fuimos a su habitación e hicimos el amor como locos, así estuvimos toda la noche, toda la mañana, tarde y noche, estuvimos un fin de semana donde nuestro fruto se entregó completamente, derramando líquido de amor al uno para el otro, lo que nos unía más y más... sabíamos que de por vida estaríamos juntos...
Al llegar sus padres los recibimos, y nos fuimos aquel campo a tendernos en el pasto y platicar sobre nosotros, como lo mencioné en un principió, hasta que nuestro amor fué interrumpido por el padre de Israel, un vecino y los soldados franquistas, él padre preguntó a Pablo el vecino "¿seguro qué estaban haciendo cosas del diablo en mi ausencia?, el vecino chismoso respondió "sí"...
Nos pararon a los dos y nos subieron a un camión militar, al entrar había personas arriba, Israel volteó a ver a su padre, y su papá le dió la espalda, nos llevaban como prisioneros a un campo de concentración, sabíamos lo que les hacían a las personas ahí dentro, y nos daba temor.
Así que enfrente de la gente que se encontraba ahí, y de los soldados que nos custodiaban, nos apretamos de la mano, y nos dimos un beso, aquél que fué interrumpido por una golpiza que nos obsequiaron los militares, la gente observaba y no hacía nada, todos miraban con miedo, nos martirizaron hasta que se cansaron de hacerlo, tratábamos de defendernos, pero éramos unos jóvenes luchando con la fuerza de un mayor de 30 años y su arma...
Cuando nos dejaron en paz, nos juntamos y quedamos dormidos, cuando abrimos ojos por el ruido que se encontraba en nuestro exterior, nos daba la bienvenida un letrero que decía "Monasterio de Corbán", era uno de los campos de concentración más crueles que se encontraba al norte de nuestro pais, Santander.
Cuando nos bajaron, nos hicieron desvestir, nos humillaban, nadie decía nada, solo observábamos, nos miramos y con esa mirada fija Israel y yo, nos dijimos "te amo, por siempre y para siempre tuyo", nos pusimos un uniforme gris, como si fuéramos presos, como si hubiésemos robado, me sentía republicano, me sentía con mucho miedo, pero feliz de que Israel estuviese a mi lado.
Nos colocaron en diferentes filas, y mientras nos íbamos alejando él uno del otro, levantamos nuestro dije y lo besamos al mismo tiempo, fué una interconección que hubo entre nuestros corazones, y fué lo único que los soldados no nos pudieron quitar, ya que lo escondimos en nuestra boca mientras nos desnudábamos.
Estando ahí dentro hicimos trabajo como esclavo, casi no comíamos, y las lluvias de julio provocaban que a muchos les diera gripe y murieran por el estado de salud en que nos encontrábamos, una noche mi sueño fué interrumpido por un grito de un militar "la ducha", nos pararon a todos, a quien no despertaba lo tiraban al piso y a otros los golpeaban para que reaccionaran, pero algunos ya estaban muertos, nos formaron, y caminamos hacia los cuartos donde se hacían las duchas.
El miedo se apoderó de mi cuerpo, temblaba por completo, cada paso se me hacía largo, pero cada vez más cerca de la muerte, mi corazón palpitó fuertemente y mi mirada brilló al ver que Israel también iba hacia el mismo camino, al encontrarnos dentro del baño enorme, nos buscamos y nos dimos un gran abrazo acompañado de un beso, fué cuando recibimos la órden de que nos desvistiéramos, así que lo hicimos, dejándonos el dije colgado, nos tomamos de la mano y entramos a una segunda habitación que era donde se encontraban las regaderas, nos dimos un beso que fué interrumpido por el agua fría que salió de la nada, después se apagaron las luces, y la gente comenzó a gritar, nosotros nos apretamos de la mano, nos regcargámos en la pared e Israel me abrazó fuertemente, había ruido, el cual fué disminuyendo en los minutos siguientes, fué cuando le susurré al oido a mi único amor "te amo, por siempre y para siempre juntos", Israel sonrió, me dió un beso en la frente y dijo "hasta en la muerte, te amo"...
Nuestros cuerpos fueron perdiendo fuerza, hasta que nuestros corazones dejaron de palpitar, pero a pesar de que descubrieron nuestro amor secreto, nunca nos pudieron separar, es por eso que a pesar de que las personas se interpongan entre un amor, siempre terminanan estando juntos.