Este martes, al despertar lo hice muy contento, desayuné como siempre mis huevitos, arroz, frijoles, galletas, jugo de guayaba natural y mi rico café cubano, al salir de la casa de la señora Alicia, me dirigí a La Habana Vieja, y es que quería caminar por sus calles, conocer a más gente y tener nuevas experiencias.
Al llegar caminé por las calles de empedrado, que se conocen así por las rocas de río que están impregnadas sobre ellas, ahí entré a ver la farmacia más hermosa que he visto en toda mi vida, todo de porcelana y caoba, con pasillos largos con recipientes con el medicamento, una caja registradora antigua, y es que fue fundado en 1898, era por ello que todo se encontraba como en aquella época, a la vez la farmacia sobrevivía de las propinas que dejan los turistas.
Al salir de la farmacia, se encontraba una señora sentada en las escaleras de una casa, justo a lado del local de mojitos, me dió mucha curiosidad acercarme a ella, pues era muy alegre, colorida y con una cara de ternura que conquistaba a cualquiera que pasara a su costado, esta calle se encontraba llena de música callejera, lo cual le daba un sabor al momento, así que decidí acercarme, y sí, le pregunté que como se llamaba, me dijo "Alicia", igual que la señora Alicia (la de la casa donde me quedé), platicamos un poco de mi país, y ella del suyo, nos hicimos una foto, y al final le regalé 2 CUC, ella contestó "Dios te bendiga, por eso amo a los mexicanos, son los mejores, regresa pronto a La Habana, que aquí te esperaré"... Le tomé la mano, se la apreté en señal de que era promesa, así que continúe mi camino.
Caminando se me acercaban cubanos ofreciéndome fiesta, y más fiesta, me sentía en el lugar indicado para mi personalidad, solo que por ahora estaba conociendo y quería entrar a más y más museos, tenía hambre de ellos, así que observé el hermoso palacio, con un toque arquitectónico greco-romano, y era "El Ministro de Finanzas y Precios", la policía que se encontraba en la entrada no me dejo pasar, me dijo que solo podía hacer una foto, peor yo hice varias, no le haría caso, pues los policías cubanos me caen mal por culeros con los propios cubanos, si todos están en la misma situación.
Caminé y caminé, y la calle cada vez era más colorida, era como estar en Madero del Centro Histórico de la Ciudad de México, pero con más color, cubanos, españoles, australianos, y todos con buena vibra, por lo menos había dos grupos musicales en una cuadra, siempre con ruido musical que le daba el toque a Cuba, señoras que te ofrecían bailar, y si no sabías te enseñaban.
Entré al Hotel Florida, que es famoso por lo antiguo, y lo hermoso que está, tiré unas fotografías, para continuar en el Museo de la Plata, donde conocí a Cristina, una señora negra que me cayó bien, ya que me contó la historia del museo (una casa colonial) a cambio de un café, cosa que me agradó mucho, alguien que es maestra de historia me contaba sobre Cuba, y ella sabía muchas cosas de la historia de México, como que me alegraba, porque luego muchos mexicanos no saben ni un 10% de lo hermosa que es nuestra cultura. Al salir de ahí, me dijo que yo era muy lindo, que ojalá regresara pronto, y cada vez confirmaba que los cubanos son unas hermosas personas, y no por su físico, si no por su calidez humana, a pesar de que muchos los vean como interesados.
Entré al Museo de la Ciudad, que me costó 10 CUC más 1 CUC por las fotografías que realizará dentro del lugar, ahí pude ver desde las personas que gobernaron Cuba cuando fue fundada por los españoles, así como la familia real, las batallas que tuvieron con otros países, sus guerras internas, arquitectura, música, carruajes hermosos, juguetes antiguos, pinturas, restos de humanos, banderas, y todo aquello que le da vida a un país, su historia, su gente y sus relatos.
Hacía mucho calor, así que cuando terminé de ver el museo salí, para seguir caminando por La Habana Vieja, hasta que llegué a La Floridita, el bar donde había estado un día anterior, así que me dirigí al Parque Central, para salir al malecón y caminar sobre el.
Al llegar al malecón caminé desde La Habana Vieja hasta La Habana Libre, que son alrededor de 12 kilómetros de distancia, al llar entré al Hotel Nacional que es uno que se encuentra sobre un cerro, y es muy hermoso, tiene unos balcones que muestran parte de La Habana y el océano Atlántico, que en esa parte es muy agresivo, y está prohibido nadar, así como la fila de cubanos que se encuentran sentados conviviendo sobre el Malecón, divirtiéndose con sus amigos, bebiendo, fumando, bailando, familias que salen a distraerse, quien sueña con la libertad y quien se prostituye para poder tener una mejor vida.
Después de que salí del Hotel Nacional, caminé de regreso a La Habana Vieja, y ahí muchos jóvenes me invitaban a la fiesta, mientras yo bebía una cerveza "Bucanero", hubo una chica que intentó ligarme para sacarme dinero, pero no caí "oh sorpresa no me gustan las chicas", y ella me respondió "bueno yo puedo hacer que cambies de opinión", a lo que le dije "no creo, me gustan mucho los hombres", y su respuesta fue "bueno pues, con mi amigo", su amigo sonrió, se acercó y me dió un beso en la mejilla, y le dije "igual y sí, pero no me gusta, hasta luego chicos diviertanse" y seguí mi camino.
Mientras continuaba, muchos chicos me ofrecían sus servicios, pero ninguno me gustaba, y eso que eran guapos, pero no me llamaban la atención, así que me encontré a mis amigos los músicos de un día anterior, los saludé, y me preguntaron cosas sobre la economía de México, uno de ellos me seguía comentando sobre su novia mexicana que regresaría por él, y que en 4 meses estaría fuera de Cuba, "pero cuando esté en México quiero vivir de conciertos, un grupo de salsa me gusta como el de Margarita o Los Ángeles Azules", a lo que le respondí que estaba padre, pero que la industria musical era muy dificil, pero que podía luchar por sus sueños... así que continúe...
Al llegar a la parte donde se encuentra el Faro, fume un poco de mota con unos cubanos, acompañados de reggae, me sentía libre, podía hacer lo que quisiera, y a pesar de que está penadísimo, pues el narcotráfico también existe en aquel país, aunque lo compra más el turista y los estudiantes extranjeros, que el propio cubano, por eso del dinero.
Pusieron una rola en un celular, porque eso sí quien tiene la oportunidad de tener un buen celular se da el lujo de presumirlo a otros, (así como quien tiene un perro como mascota) y era "Bob Marley - Is this love", ahí conversé con Omar que con esa canción me quiero casar, y que ese día será un momento especial, le platiqué que antes creía que tenía al amor de mi vida, pero que se fue así sin más, y que descubrí que no, que estaba equivocado, él escucho todo lo que yo le platique, y de lo cual me quería deshacer de ello en Cuba, para poder ser libre y pensar, encontrarme conmigo mismo, es por ello que viajo solo... él respondió "esa persona que dices que te dejo, no sabes lo que dejo, es un pelele", le invité una cerveza, seguimos conversando sobre sus sueños, los cuales son algún día salir de ahí, ejercer el periodismo en algún país como Chile, Argentina o México, pero cree que porque me conocíó México es el indicado para realizar su sueño, aparte de que tiene un amigo en Los Cabos, y le dice que es hermoso.
Me despedí de Omar, y diez minutos más tarde conocí a dos amigos, uno de ellos de 28 años, guero, fornido y marcado, y vestía tipo skate, me platico que su papá vive en México desde hace 7 meses, que su hermana lo pudo sacar, la cual se casó con un mexicano, "ahora yo, ya tengo la visa para irme a vivir al DF, y estoy contento, sé que allá te veré, y que nunca más regresaré a este país tan mierda como Cuba", le respondí "tú país es tan hermoso", y me calló diciendo "eso dices, porque no sabes lo que es ser cubano", después me abrazo y me dijo "a ti te gusto yo, lo sé, a mi me gustas tú con tú linda sonrisa", y me beso, fue el primer beso cubano que había probado en mi vida, y se los juro, era tan romántico, tan pasional, que me prendió.
Y Víctor dijo "quiero llevarte a la luna", y le respondí "quiero que me lleves", y es que en verdad era o es muy sexy, agregó "pero mi amigo se quiere unir", y le dije "no, solo tú y yo"... Le conté que yo no podía llevar a nadie a la casa donde me hospedaba, así que le dije que me llevará a una casa de renta que ellos mismos saben quienes son quien alquila las habitaciones por un momento...
Caminamos por el malecón, hasta subir a una avenida principal, el sol estaba a todo lo que dá, y me invitaba del ron cortado que llevaba en su botella de tetrapack, mientras me platicaba de como su hermana le había hecho para llegar a México, de la nada me dí cuenta que estaba en la calle donde había ido a la fiesta de la jinetera, caminamos dos cuadras arriba, salimos a la universidad, me dio miedo en ese momento, y Víctor lo notó, "no tengas miedo, soy buena persona porque sé que eres buena persona, crees que voy a arriesga mi visa por una tontería contigo, estas loco", y me volvió a besar...
Llegamos a un edificio, el chifló, abrieron la puerta y subimos hasta un 4o piso, era como estar en un departamento de la época de los 50's, todo antiguo, en buen estado, y un bonito departamento, ahí se encontraba un señor negro, alto y gordo bebiendo un mojito, le pedí a Víctor su carnet (IFE) para que yo pudiera estar seguro, le pagué al señor por la habitación de su departamento (me imagino que era cuarto de sus hijos), entré a su baño y escondí el carnet por cualquier cosa.
Al salir del baño, entramos a la habitación, y comenzó a besarme, y definitvamente me llevó a la luna, y fue un viaje espectacular, y entendí porque las personas se enamoran de los cubanos o cubanas... Cuando aterrizamos, me platicó que tenía un hijo de 2 años, y que no era gay, que lo había hecho para comprar pañales, aunque a veces lo hacía, pero que en realidad no lo necesitaba, pues su hermana le mandaba dinero de México, y con eso vivía bien. "Cuando salga de aquí trabajaré en tú país, y no regresaré solamente a sacar a mi hijo, a mi mujer no, ya ni es mi mujer"...
Quería que le cambiara mi playera por la suya, pero no accedí, nos fuimos y al bajar las escaleras su amigo del malecón lo estaba esperando, me sonrio y dijo Víctor "confirmale a este que estoy brutal", yo solo reí y le afirmé con un movimiento, me marché y fui a caminar, quedando de velo nuevamente, cosa que no sucedería.
Caminé de regreso, y me fui a comer, hasta que llegó la noche, fui de visita al Hotel Inglaterra, hice unas fotografías, subí al último piso donde hay un bar que se ve toda La Habana, me tomé un mojito, y baje, al sali de ahí, un chico me observó como de unos 22 años, y me dijo "ven", al acercarme "oye vamos a otro lado más privado", le dije que no, "andale no he comido", y le respondí "solo traígo 10 CUC y no alcanza para nada, iré a dormir mañana me voy de aquí", y me dijo "vivo solo, vamos a mi departamento a unas 4 calles de aquí, no vas a pagar cuarto", le volví a decir que no, ya que tenía mucho sueño, y seguía en la luna, "no he comido, por favor", me enseñó su cartera vacía, en donde se encontraba una carta, una imágen religiosa y su carnet, el vestía muy bien y era realmente hermoso, a lo que le respondí "a ti te llevo hasta México son esa cara hermosa, pero de verdad otro día te vengo a ver, porque hoy estoy muy cansando, solo quiero llegar a dormir".
Caminé hasta El Capitolio y tomé mi taxi atrás del barrio chino, al hacerlo, en el camino me iba dormitando, pero no podía hacerlo por completo, iba con más cubanos y me podían robar, eso fue lo que pensé, se subió una chica que me coqueteaba, se dió cuenta de mi cansancio y de que no reconocía las calles, me preguntó dónde bajas "en las vías, en 10 de oct", y ella dijo "para ser de México y venir hasta 10 de octubre está lejos, seguro eres estudiante", le respondí que sí, reconocí un poco las calles, pero estaba confundido, pues en esa parte no hay mucha luz eléctrica, al pasar las vías, me dijo ella "estas son las vías rey, vete con cuidado que aquí esta feo", me bajé, le dí las gracias y caminé hacia casa de Alicia.
Al llegar cené, me di un baño, y es que había sido el día que más había caminado en mi estancia en Cuba, le marcamos a Gustavo para que pasara por mí al otro día a las 7:00 de la mañana, pues mi autobus salía a las 8:00 am, y era un recorrido de 30 minutos desde la casa de Alicia a la central, y me fui a dormir a las 10 de la noche...
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