viernes, 20 de julio de 2012

EL CENIT PASIONAL... (Capítulo 1)


* Erick


El reggae jamaiquino invadía mi cuerpo, entre la mota y la playa, mi alegría era infinita, como estar cogiendo una y otra vez, eyacular y volver a excitarme con un roce de la piel que provoca que mi pene se ponga firme...

Había dejado mis estudios, para poder escapar a un paraíso, donde mis padres no me molestaran en lo absoluto, creo que no me quieren, su diversión es "joderme la vida", no hay de otra, que "Erick has esto", "estudia esto", "nos preocupas, de ahora en adelante...", de ahora en adelante las reglas las pongo yo, en verdad que nunca había estado tan tranquilo, como lo estoy en estos momentos.

En un abrir y cerrar de ojos apareció él, podía verlo a lo lejos, caminar con una característica muy de él, sí, con las piernas abiertas y curveadas, "será charro", y reí al pensarlo, pero la verdad es que a pesar de esa deformidad, mis ojos se iluminaban cada vez más con forme se iba acercando a donde me encontraba. Las olas rebotaban en mis pies, fué cuando supe que no era uno de mis tantos sueños de chico elucubrador.

Sentí un golpe en la nuca, era Palma, una amiga que conocí en uno de los autobuses que me había traído hasta este lugar paradisiaco, lleno de diversión sin control, drogas, alcohol y sexo con extranjeros, aunque en eso del sexo, prefería los falos, las "vainas" no me eran agradables, aunque Palma creía que sí me daba una de esas grandes mamadas que daba a los marinos del buque en el que llegó hasta el otro lado del mundo, podría volverme un amante del "papayón", pero la realidad era otra.

"Vamos, dejalo de ver, que aquí estoy yo para complacerte", me dijo Palma, yo solo reí, no podía dejar de ver a ese... tan solo de pensar que con esas manos podría tocarme, se me ponía dura.

Después de 10 minutos que desapareció entre los kilómetros de playa virgen, descubrí que era uno de esos amores a primera vista que jamás vuelves a ver en tu vida, como los que te encuentras en el metro, en la plaza comercial o en las calles de las grandes urbes.

Esta noche, "el duque" iba a preparar una gran fiesta en la playa,  en donde habría desde crack afgano, así como marihuana brasileña, todo se le permitía a él en la región, tal ves porque él construyó la escuela primaria donde estudian los niños de la región. Palma, estaba emocionada, en esas fiestas cobraba por las mamadas que daba, y si querías rusas, cobraba un poco más, ella juntaba para poder llegar a Argentina, donde según sus sueños, encontraría el amor de su vida, sería toda una dama y jamás volvería a cobrar por una mamada.

Ahí mismo estaría "Sefora", la transexual que controlaba todo el negocio de la prostitución, desde La India hasta República Checa, tenía de todo tipo de pieles, y muy educados, digo educados, porque había desde hombres hasta mujeres, aunque desgraciadamente había menores de edad... era lo único que no me agradaba, pero en el plan en el que iba, egoístamente solo iba a relajarme de la aburrida vida a lado de mis padres, como les comenté en un principio.

Bob, era un viejo italiano, decía que era amigo de Oriana Fallaci, yo realmente fan de esta periodista de la época de los 60's me idiotizaba con cada palabra que salía de su lírica italoespañola, no era nada agradable para la vista este señor, pero por lo que cuenta, podría pasar una noche de sexo con él... solo por eso, porque su estomago me da mucho asco, eso sí, le entra duro a los antidepresivos, dice que se siente bailando en "Stonewall", un famoso bar de Nueva York, allá, por los fines de la década del amor.

Antes de llegar al pastel, me dí un chapuzón en el océano...

(CONTINUARÁ... CAPÍTULO 2)


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