martes, 8 de mayo de 2012

"Para siempre y para siempre"



Aún recuerdo el olor de aquella madrugada fría y húmeda, la noche que cambió mi destino para poder dejarme vivir con tranquilidad, con paz y sobre todo, sin saber que tú me lastimarías más.

Esa noche había ido a una fiesta dentro de un sótano, en donde pude conocer a un sin fin de personalidades, desde extrangeros, artistas, diseñadores, músicos, en donde todo era de colores, no existía la maldad, solo la hermandad y las ganas de convivir bajo los insumos del alcohol y las drogas.

Mientras fumaba mota, sentando y escuchando el reggae, vi a lo lejos a un hombre alto, guapo, pandrosón sin llegar a mugroso, se acercó, y me ofreció de su whisky, accedí a beber junto con él, y surgió una química, aquella que me llenaba de poder cada que me daba un consejo sobre mis problemas, sobre mi desilusión. Pasaba el tiempo, reíamos y reíamos, Arturo es argentino y mide como 185, cambiamos de habitación, una oscura con luces rojas, lo musicalizaba "Look" de "Metronomy", se me fué acercando hasta apretarme con fuerza a su pecho, me robo un beso, y susurró al oído "te quiero follar"...

No la pensamos más, salimos hacia su hotel que se encontraba a dos calles del lugar en el que nos encontrábamos, al llegar me desnúdo como desesperado, se desvistió, enfrente de mí tenía el pene más grande, blanco, rosado, brillante y hermoso que mis ojos hayan visto, me arrodillé y lo introducí entre mis labios, podía sentir en mi boca entre el "mete y saque" que crecía dentro de mí, que palpitaba, Arturo con su mano me empujaba más y más, para que entrara cada vez más su miembro, lo sentía en la garganta, era una impresión tan sexy, tan excitante que me ponía más caliente de lo que me había dejado el alcohol o la mota.

Me voltió, y menciono "pero que culo tan rico tenes", sin pensarlo me abordó como un león que lucha por atrapar a su presa, a su alimento, a su satisfacción, Arturo llegó al cenit de su sexo, gotas de su sudor caían en mí, yo agotado por la gran ronda, me paré para tomar un poco de agua, cuando lo sentí, nuevamente estaba atrás de mí, seduciendome y llevándome a la cama con caricias, besos y labia...

Así estuvimos hasta las 3 am, después de haber cogido unas cuatro veces, me dijo que era hora de dormir, que cerrara la puerta cuando saliera... Me sentí basura, me sentí lo peor que pueda existir, pero lo único que sé, fué que estaba solo, y que había tenido sexo por primera vez, más no había hecho el amor...

Me bañe, me vestí y me marche, enojado conmigo mismo por esta situación, me sentí utilizado, me senti culpable, aunque esto lo sigo dudando hasta el día de hoy, caminaba por avenida Reforma, y mis lágrimas brotaban de mis ojos, podía sentir la soledad, una angustía totalmente horrible, y una inestabilidad emocional que me provocaba en ese momento hacer cualquier cosa sin pensar.

Tomé un taxi rumbo a mi hogar, le dije que se apresurara, que tenía que estar antes de 10 minutos, que era de vida muerte, ya que tendría que pasar a recoger algo a mi habitación, y de ahí me llevaría a otro sitio...

Así lo hizo, entré a mi habitación, mi madre me preguntó "porqué volvues a salir, estas mal,  porqué lloras", no respondí y salí con una pequeña maletita, abordé el taxi, y le grité a mi madre "te amo".

Al llegar a mi destino final, y sí que sería final, le pagué al taxista, tomé unas llaves que ya no me correspondían, y que había quedado en entregar dos días después de este presente en el que me encontraba, abrí la puerta silenciosamente, entré sin hacer ruido, caminé por la sala, el corredor hasta encontrarme con las escaleras, subí despacio, lentamente, cada que mis piernas doblaban para subir un escalón salía una tras otra lágrima de mis ojos razgados, de mi corazón y de mi alma lastimada.

Cuando me encontré en la planta alta, caminé por el pasillo para llegar a la puerta final, la abrí con mucho cuidado, y sí, ahí estaba él, dormido como un ángel, con su piel blanca, su cabello dorado, pensaba que si estaría soñando conmigo, pero a la vez los pensamientos negativos invadían mi cerebro, y mis neúros formaban imágenes dentro de mi mente que me decían "por él cogiste sin amor", "él es el culpable de tu soledad", "nunca te amo", "simpre te utilizó"...

Mi menté explotó, como mi ser, solté un fuete grito, él despertó "qué haces aquí" me dijo, no le respondí "estas drogado, estas borracho, lárgate, ya te dije que ya no quiero nada contigo, olvídame", nunca respondí nada a esto, él me veía, yo me encontraba ido cargando mi pequeña mochilita, le dije "ven, acércate", él me rechazaba, "sí no vienes me muero, haslo por última vez, dame un abrazo, que no ves que estoy solo", él me miro confundido, triste, apenado, y accedió a darme el abrazo.

Le dí un pequeño beso en su cuello blanco, sobre su lugar café, lo olí, era tan él, era mío nuevamente, hasta que cortó la magia diciendome "te llevo a tú casa, para que duermas, y luego platicamos", le respondí "ya no habrá un luego platicamos, estoy cansando de tus mentiras, de amarte tanto y saber que no me pertences", me quitó los brazos de encima, vió mis ojos rojos y húmedos, mi cara palpitaba y se encontraba caliente.

Subí los brazos, me jalé los cabellos, y saqué unua pistola de mi mochila, aún recuerdo su mirada como si hubiera sido ayer, lo hacía fijamente, sorprendido, temeroso tal ves, siempre se sintió más fuerte que yo, pero sabía que a lado de mí era un débil, observé su cuerpo de pies a cabeza, solo tenía un calzón puesto, rápidamente mi mente elucubró todos aquellos momentos llenos de pasión a lado de él, me dijo, "Erick, pero sí me amas", me reí, y le pregunté "¿te amo?", y el respondío "sí, me amas...", le dije "olvídalo Erick, alguna vez hicimos un juramento, seríamos Erick y Erick para siempre, hoy no hay un siempre, hoy no eres mío, y vengo de coger con un pendejo que solo me utilizó como tú lo hiciste", yo lloraba al decirle todo eso, me dijo "controlate, baja esa arma", "no puedo controlarme, estoy desesperado, me lástimaste, y hoy no hice el amor, me cogieron"...

"Olvída eso, ya lo hiciste" me dijo y le respondí "no puedo olvidarlo, como tú corazón y todo tú ser", se escuchó un fuerte disparo dentro de la habitación, el cuarto azul se baño en rojo, aquella habitación que me dió noches, días y mañanas de amor inolvidables se habían quedado en el olvido, él intentaba decirme algo, me acerqué y me dijo "iba a regresar contigo, me dí cuenta de que realmente te amo", me sentí la mierda más grande del mundo, en eso comenzaron a llegar sus familiares a la habitación, me vieron, yo lloraba desesperadamente de ver a mi único y primer amor tendido en el suelo, pierdendo sangre, dejando de palpitar su corazón...

Su hermano llamó a la ambulancia, al llegar los paramédicos lo dieron por muerto, al bajarlo en la camilla lo seguí, su mamá me veía con rabia, y yo me sentía de lo peor, al salir se encontraban cuatro patrullas afuera, se intentaron avalanzar contra mí, pero les entregué el arma, y confensé "yo, asesiné al amor de mi vida"... "no hay necesidad de que me suba a la patrulla, yo lo hago", ellos me miraron con asombro, a lo mejor pensaban que se encontrarían con un asesino serial...

Hoy escribo esta historia tras las rejas, aquella que nunca he contando en los juzgados, ni a nadie, así como mi carta de despedida, ya que sí realmente quería regresar conmigo, lo haré en otro mundo alcanzandolo...

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