Marco era un chico que en su casa fue rechazado por ser gay, con un psicoanálisis se dio cuenta que realmente estaba falto de afecto por parte de su familia, la forma de desahogar ese amor que nunca encontró en su casa por tener una orientación diferente a la heterosexual, era yendo a visitar los cuartos oscuros, baños o lugares de orgías para gays, el creía que teniendo sexo lo amarían, aunque realmente en su interior sabía que no era así, porque muchos de sus conocidos sexuales nunca más los volvía a ver.
Marco bailaba, y había salido adelante gracias a una amiga que lo apoyo cuando su familia lo abandonó, pero a pesar del amor que le brindó Brenda, él se sentía mal, y era de esperarse, ya que no hay como el amor de la familia.
Todos los fines de semana acudía a ese tipo de lugares, ya que toda la semana trabajaba y trabajaba duro para pagar una renta de un cuarto de azotea, mantener sus gastos y divertirse dos días a la semana.
Tenía un cuarto oscuro preferido de nombre “ Room”, era un lugar parecido a “El Rectum” de la película del argentino Gaspar Noe “Irreversible”. Era una casa de dos niveles, ubicada al sur de la Ciudad de México, con un cover de $70 pesos, en el cual podías tener sexo ilimitado con seres desconocidos, en diferentes áreas del lugar, con un área dedicada al sadome, la cual era su favorita.
A sus cortos 26 años, Marco ya había probado de todo, había estado con más de 400 hombres, lo cual le enorgullecía, él pensaba que había sido amado 400 veces más que su familia, y que ese amor de 400 veces le habían regalado más de un orgasmo. Entre esas 400 relaciones él se había protegido usando condón y otras veces no lo usaba, tal ves porque la persona estaba guapa y de buen perfil, porque no traía un condón en su bolsillo o simplemente porque no respetaba a su cuerpo, lo cual quiere decir que no se amaba o lo hacía por el dolor interno que le provocaba el rechazo de su familia.
A pesar de esas 400 veces, Marco como todo ser soñaba con el amor de su vida, lo cual lo alentaba a seguir esperando a que llegará, ya que él creía que el amor real no se buscaba, llegaba por sí solo cuando menos te lo esperaras.
Una vez decidió ir con su grupo de amigos a un bar en el centro de la Ciudad de México, de nombre “Wawis”, la noche era alegre, divertida, bebió, bailo y rió como nunca en su vida lo había hecho, una hora más tarde, conoció a un chico alto, delgado, moreno claro, ojos aceitunados, los dos cruzaron miradas por un instante, se quedaron anonadados al verse, era como si los dos estuvieran viendo una luz celestial que brotaba de la cara de cada uno.
Después de dos minutos de estarse observando fijamente, se acercó Antonio a Marco, se presentaron, y comenzaron a convivir como si fueran el uno para el otro, el príncipe de cada uno, la química que existía entre ellos era inimaginable para Marco, bailaron y descubrieron que su canción favorita era “Yo no nací para amar”, ya que los dos nunca habían encontrado un amor que los hiciera sentir bien, y menos Marco con el historial sexual que tenía. Al terminar la noche, quedaron en verse el lunes, ya que el sábado por la mañana Antonio iría de visita con su familia en Cuernavaca.
Marco pensó y lo tuvo claro desde que lo vio que era el amor de su vida, y Antonio también lo supo, al fin Marco había encontrado a alguien con quien se identificaba, se sentía protegido, a pesar de que lo había conocido una noche antes.
Esa noche de sábado, Marco quiso despedirse de su lugar favorito “Room”, y fue contento, por Antonio y porque ese mismo día le habían entregado unos resultados negativos de VIH. Cuando entró a ese lugar con luces rojas, y donde abundaba el color negro, pudo observar a un hombre alto y fornido, de buen aspecto y guapo, se acercó a él, y le susurró al oído “es mi última noche aquí, así que dame la noche más inolvidable de mi vida”.
Comenzó a besarse con el desconocido, sus cuerpos se unían poco a poco, Marco cerraba los ojos y disfrutaba el momento que creía sería uno de los más agradables en su vida, comenzaban besos más intensos, comenzaron a desnudarse poco a poco, su cuerpo transpiraba a colonia barata, y podía llegar a las estrellas con solo cerrar los ojos, al mismo momento el desconocido le daba un pequeño masaje en su espalda, lo cual encendía más a Marco.
Su corazón latía rápidamente, quedaron desnudos completamente, y comenzó una entrada interminable, tierna y salvaje a la vez por el río de la perversidad nunca antes contada, llegaba al universo, regresaba a la luna y daba un salto a Marte, era lo mejor que había probado en su vida, nunca nadie lo había hecho como ese desconocido, y sin duda pensaba que era la mejor despedida que le habían dado en el “Room”.
Cuando por fin llegó la explosión entre los dos, se abrazaron, se dieron un beso profundo, se acariciaron por un momento, se vistieron y el desconocido susurró “bienvenido al nuevo río negro que hay dentro de ti”, y se marchó, Marco se quedo pensando y analizando la frase, nunca encontró una respuesta a lo dicho y prefirió pensar en su nueva vida a lado de Antonio.
Recibió una llamada de Antonio y le dijo que tardaría dos semanas más en llegar a la Ciudad, ya que tenía que solucionar unos problemas familiares, pero que seguirían en contacto durante ese tiempo y que le extrañaba, Marco acepto y se ilusionaba más con cada llamada que se hacían y las bellas baladas que salían de la boca de Antonio.
Cuatro días antes de que llegará Antonio, comenzó a sentirse mal Marco, fiebre alta, gripe, diarreas interminables, manchas por su cuerpo, se sentía débil, y casi no podía ni hablar de lo agotado que se encontraba su cuerpo.
Brenda lo fue a visitar, ya que no contestaba el teléfono, al darse cuenta que no le abría la puerta, se tomo la libertad de hablarle a un cerrajero y que abriera la puerta, al entrar al cuarto de Marco, lo observó tirado en el piso, a lo cual llamó a una ambulancia para que lo llevara de urgencia a un hospital.
Al llegar al hospital comenzaron los estudios, no le encontraban razón a sus problemas, ya que todo salía negativo, hasta que llegó el resultado de sangre, el doctor no sabía como dar el resultado a Marco, y cuando lo hizo dijo “tu sangre dejó de ser roja, para ser negra”, Marco en ese momento recordó al desconocido con el que estuvo en el “Room”, y vino a su mente la frase “bienvenido al nuevo río negro que hay dentro de ti”.
Hubo un silencio profundo dentro de la habitación, Marco levantó la cara y el doctor pudo observar que por sus mejillas escurrían lágrimas, su mano temblaba de angustia y su labio inferior comenzaba a temblar desesperadamente, el doctor le dijo que lo sentía, que lo dejaría solo, pero que no se dejara vencer por el VIH que ahora pertenecía a su vida.
Cuando se quedó solo en la habitación, Marco lloraba desesperadamente, como nunca lo había hecho en su vida, comenzaba una nueva vida con el amor de su vida y se enteraba de que era cero-positivo, su autoestima se vino abajo, y maldecía su despedida del cuarto oscuro “Room”.
Al salir del hospital Marco y de que los doctores pensaban que saldría adelante, con los nuevos medicamentos que hay pata tratar la enfermedad y la ayuda psicológica que recibiría por parte del gobierno, pero no fue así.
Al llegar a su casa, se encontró con una realidad que carcomía su cuerpo por dentro, y que sabía que en cualquier momento podía morir, que su familia lo amaba pero lo rechazaba por su sexualidad y que ahora lo rechazaría más, pensaba en todo el tiempo que desperdició yendo a buscar aventuras sexuales y que ahora su nueva vida a lado de Antonio se la había jodido una persona que se unía a su libro sexual.
Marco tomo una opción tras una crisis de depresión que llenaba los vacíos en su cuerpo y sobre todo su corazón que era lo único que le quedaba de amor desde el día que lo rechazó su familia, tomo una tina que se encontraba arrumbada en la azotea donde vivía, la lleno de agua, se metió a bañar, escogió su pantalón, playera y zapatos más caros que alguna vez se pudo dar el lujo de comprar, se peino como si fuera a salir de antro, se puso su colonia, recorrió su cuarto, lo observo de techo a piso, de pared a pared, vio sus fotos de pequeño a lado de su familia y momentos que tuvo con Brenda, hubo un silencio cuando vio en su celular la foto que se hizo con Antonio el día que se conocieron.
Después broto una lágrima, se puso de pie, se metió dentro de la tina, y corto sus muñecas con una pequeña navaja que traía dentro del pantalón, después corto por en medio su cuello, y veía brotar la sangre roja, se reía y decía con sarcasmo “sí es roja y no negra mi sangre”, se reía, lloraba, pensaba, gritaba y se escuchaba de fondo su canción favorita “yo no nací para amar”.
Poco a poco su cuarto se hizo rojo por la sangre que salía de su cuerpo, hasta que sus ojos terminaron por cerrarse.
Brenda fue a buscar a su madre para que lo fuera a ver, ya que se encontraba enfermo, que era de urgencia, la madre fue hacia su hogar, y al abrir la puerta, la cual se encontraba emparejada, vio la peor escena de su vida, a la persona que alguna vez había engendrado se encontraba muerta, la madre gritó, pidió disculpas en ese momento y dijo llorando “siempre te ame Marquito”.